Obligaciones de la empresa en caso de despido colectivo

Obligaciones de la empresa en caso de despido colectivo

Publicado el 03 de abril de 2025


📖 Tiempo estimado de lectura: 23 min

Introducción

El despido colectivo representa una de las situaciones más complejas y sensibles dentro del ámbito laboral. No solo afecta de forma directa a los trabajadores que pierden su empleo, sino que también tiene implicaciones legales, económicas y sociales significativas para la empresa. Ante esta realidad, conocer las obligaciones que recaen sobre la empresa en caso de acometer un despido colectivo resulta fundamental para garantizar el cumplimiento normativo y evitar sanciones o conflictos judiciales.

En España, el despido colectivo está regulado principalmente por el Estatuto de los Trabajadores, concretamente en el artículo 51, que establece los criterios que definen cuándo se está ante esta figura y los pasos que debe seguir la empresa. Estas obligaciones no solo implican aspectos formales, como la comunicación a las autoridades laborales, sino también compromisos reales con los trabajadores, incluyendo la apertura de un periodo de consultas, la negociación con los representantes sindicales y la entrega de indemnizaciones conforme a la ley.

El objetivo de esta guía es ofrecer una visión completa y accesible de todos los pasos que debe seguir una empresa ante un despido colectivo. Desde la justificación legal hasta el impacto reputacional, pasando por los derechos de los trabajadores y las posibles consecuencias jurídicas, se abordarán todos los aspectos relevantes para actuar con responsabilidad y dentro del marco legal.

⚖️ Nota importante: Un despido colectivo mal gestionado puede conllevar la nulidad del mismo y la obligación de readmitir a los trabajadores afectados, además del pago de los salarios dejados de percibir durante el proceso.

A lo largo de este artículo, exploraremos los fundamentos legales del despido colectivo, los requisitos que deben cumplirse en cada fase del procedimiento, así como recomendaciones prácticas para minimizar el impacto en la plantilla y evitar riesgos legales. Esta información será especialmente útil para departamentos de recursos humanos, asesorías jurídicas internas y profesionales del ámbito laboral que deseen actuar con previsión, rigor y profesionalidad ante este tipo de decisiones empresariales.

¿Qué es un despido colectivo?

El despido colectivo, también conocido como expediente de regulación de empleo (ERE) de extinción, es un mecanismo legal mediante el cual una empresa puede finalizar la relación laboral con un número significativo de trabajadores por causas objetivas. Esta figura está regulada en el artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores y su aplicación debe estar justificada por motivos económicos, técnicos, organizativos o de producción.

Para que un despido sea considerado colectivo, debe afectar a un número mínimo de trabajadores dentro de un periodo de 90 días, según los siguientes criterios:

  • 10 trabajadores en empresas con menos de 100 empleados.
  • El 10% de la plantilla en empresas de entre 100 y 300 trabajadores.
  • 30 o más trabajadores en empresas con más de 300 empleados.

La legislación distingue entre despidos individuales y colectivos, ya que este último implica obligaciones adicionales para la empresa, como la apertura de un periodo de consultas con los representantes legales de los trabajadores y la notificación a la autoridad laboral competente. Estas exigencias buscan proteger los derechos de los empleados y asegurar que el procedimiento se lleva a cabo de forma transparente y con garantías.

📌 Dato clave: Un despido colectivo mal tramitado puede ser declarado nulo, lo que obliga a la empresa a readmitir a todos los trabajadores afectados y abonar los salarios dejados de percibir desde la fecha del despido.

A diferencia de un despido individual, en el despido colectivo no se requiere una carta personalizada para cada trabajador al inicio del proceso, sino una comunicación global que justifique las causas del mismo. No obstante, una vez finalizado el periodo de consultas y tomado el acuerdo correspondiente, sí debe entregarse la comunicación individual a cada empleado.

En resumen, el despido colectivo es una herramienta legal a disposición de las empresas para ajustar su plantilla en situaciones críticas, pero su aplicación requiere un estricto cumplimiento del procedimiento legal. El desconocimiento o la omisión de alguno de los pasos establecidos puede tener consecuencias jurídicas graves y un alto coste económico para la empresa.

Causas legales del despido colectivo

El despido colectivo debe estar motivado por causas objetivas y justificadas legalmente. La normativa laboral en España, concretamente el artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores, establece de forma clara los supuestos en los que una empresa puede recurrir a esta medida. Estas causas deben estar debidamente documentadas y justificadas, y su existencia debe ser demostrable durante el proceso de consulta con los representantes de los trabajadores.

Las causas legales que pueden justificar un despido colectivo son las siguientes:

  • Económicas: Cuando de los resultados de la empresa se desprende una situación económica negativa. Esto puede incluir la existencia de pérdidas actuales o previstas, o una disminución persistente del nivel de ingresos o ventas.
  • Técnicas: Relacionadas con cambios en los medios o instrumentos de producción utilizados por la empresa que hagan necesaria una reorganización del personal.
  • Organizativas: Derivadas de modificaciones en los sistemas y métodos de trabajo del personal, así como en la forma de organizar la producción o el trabajo.
  • Productivas: Vinculadas a cambios en la demanda de los productos o servicios que ofrece la empresa, que exijan una adaptación del volumen de producción.

🧾 Ejemplo práctico: Una empresa que sufre una caída sostenida de ventas durante tres trimestres consecutivos puede acogerse a una causa económica para justificar un despido colectivo, siempre que lo acredite con balances y documentación contable.

Es fundamental tener en cuenta que estas causas deben ser reales, objetivas y suficientemente acreditadas. Además, el hecho de que existan no garantiza automáticamente la validez del despido: la empresa debe seguir un procedimiento legal riguroso para su aplicación, que incluye negociaciones con los representantes de los trabajadores y comunicación a la autoridad laboral.

En definitiva, las causas legales del despido colectivo buscan proteger tanto los derechos de los trabajadores como la viabilidad económica de las empresas. Su correcta aplicación permite adoptar medidas de ajuste laboral en contextos difíciles, evitando conflictos judiciales y favoreciendo una transición ordenada y respetuosa con la plantilla.

Obligaciones formales de la empresa

En un procedimiento de despido colectivo, la empresa está sujeta a una serie de obligaciones formales estrictamente reguladas por la legislación laboral. Estas obligaciones no solo garantizan la transparencia del proceso, sino que también protegen los derechos de los trabajadores afectados. El incumplimiento de cualquiera de estos requisitos puede conllevar la nulidad del despido y consecuencias legales para la empresa.

A continuación, se detallan las principales obligaciones formales que debe cumplir la empresa al iniciar un proceso de despido colectivo:

  • Comunicación inicial: La empresa debe notificar por escrito a los representantes legales de los trabajadores su intención de iniciar un procedimiento de despido colectivo, detallando las causas y los datos económicos o productivos que lo justifican.
  • Apertura del periodo de consultas: Este periodo, que tiene una duración mínima de 15 días naturales, está destinado a negociar con los representantes de los trabajadores posibles alternativas al despido o atenuar sus efectos.
  • Documentación obligatoria: Debe aportarse toda la información técnica, económica y organizativa que sustente la decisión, incluyendo balances contables, informes de auditoría, previsiones de producción o cualquier otro documento pertinente.
  • Notificación a la autoridad laboral: De forma simultánea al inicio del periodo de consultas, la empresa debe comunicar el procedimiento a la autoridad laboral competente, facilitando la misma documentación que a los representantes de los trabajadores.

Importante: La documentación debe ser clara, completa y coherente. La falta de transparencia o la omisión de datos relevantes puede ser motivo de impugnación por parte de los trabajadores o de la autoridad laboral.

Finalizado el periodo de consultas, la empresa debe comunicar por escrito a los trabajadores afectados la decisión adoptada. En esta fase también se formaliza la comunicación definitiva a la autoridad laboral, especificando el resultado de las negociaciones y el número de trabajadores afectados.

Además, si el despido afecta a trabajadores especialmente protegidos (como representantes sindicales, mujeres embarazadas o personas en situación de reducción de jornada por cuidado familiar), se deben tener en cuenta garantías adicionales que refuercen su posición.

Cumplir con todas estas obligaciones no solo evita conflictos legales, sino que refuerza la imagen de responsabilidad y buena práctica empresarial. Una correcta planificación y asesoramiento jurídico son claves para ejecutar un despido colectivo dentro de los márgenes legales establecidos.

Proceso de negociación y periodo de consultas

El proceso de negociación y el periodo de consultas constituyen una de las fases más relevantes dentro del procedimiento de despido colectivo. Esta etapa es obligatoria y tiene como objetivo alcanzar un acuerdo entre la empresa y la representación legal de los trabajadores que minimice el impacto del despido, explore alternativas viables y garantice una salida ordenada y justa para ambas partes.

El periodo de consultas debe iniciarse formalmente una vez comunicada la intención del despido colectivo. Por norma general, este periodo tiene una duración mínima de 15 días naturales, aunque en empresas de menos de 50 trabajadores puede reducirse mediante acuerdo entre las partes.

Durante este tiempo, la empresa y la representación legal deben reunirse para discutir:

  • Las causas del despido colectivo alegadas por la empresa.
  • La posibilidad de evitar o reducir el número de extinciones contractuales.
  • Medidas para atenuar las consecuencias del despido (recolocación, formación, indemnizaciones, etc.).
  • El calendario previsto de aplicación y los criterios de selección de los trabajadores afectados.

📋 Transparencia esencial: La empresa está obligada a proporcionar toda la documentación relevante durante el periodo de consultas. Ocultar información o presentar datos insuficientes puede derivar en la nulidad del despido.

Aunque el objetivo es llegar a un acuerdo, no es obligatorio alcanzarlo. Si tras el periodo de consultas no se logra un pacto, la empresa puede continuar con el procedimiento, pero deberá justificar la falta de acuerdo y documentar adecuadamente todo el proceso de negociación.

Al finalizar el periodo, se levanta un acta que refleja los acuerdos o desacuerdos alcanzados. Esta acta se remite a la autoridad laboral junto con la decisión final del empresario, detallando los trabajadores afectados, las condiciones aplicables y las medidas compensatorias, si las hubiera.

En definitiva, este periodo representa una oportunidad para mitigar el impacto social de los despidos y encontrar soluciones constructivas. Una negociación llevada a cabo de buena fe y con voluntad de entendimiento no solo mejora el clima laboral, sino que también reduce el riesgo de litigios futuros.

Notificación a la autoridad laboral

La notificación a la autoridad laboral es uno de los pasos formales más importantes dentro del procedimiento de despido colectivo. Este trámite no solo tiene carácter informativo, sino que permite a la Administración ejercer una función de control y supervisión sobre el cumplimiento de la legalidad en el proceso de extinción colectiva de contratos. El incumplimiento de esta obligación puede acarrear la nulidad del despido y responsabilidades legales para la empresa.

La empresa está obligada a comunicar el inicio del procedimiento a la autoridad laboral competente de forma simultánea al comienzo del periodo de consultas con la representación legal de los trabajadores. Esta comunicación debe realizarse por escrito y acompañarse de una serie de documentos clave que justifiquen la medida adoptada.

Entre los documentos que deben adjuntarse destacan:

  • Memoria explicativa de las causas del despido colectivo.
  • Datos económicos, técnicos u organizativos que fundamenten la decisión.
  • Relación de los trabajadores afectados y sus condiciones contractuales.
  • Calendario previsto de ejecución de los despidos.
  • Acta de constitución de la comisión negociadora.

📝 Importante: La autoridad laboral puede intervenir durante el periodo de consultas para mediar o formular recomendaciones, especialmente si considera que existe un riesgo de vulneración de derechos o que no se están siguiendo correctamente los procedimientos.

Una vez finalizado el periodo de consultas, la empresa también deberá comunicar a la autoridad laboral el resultado de la negociación: si se ha alcanzado un acuerdo o no, qué medidas se han pactado y cómo se implementarán. Además, deberá remitir copia de las actas firmadas y la decisión empresarial definitiva.

Esta supervisión administrativa busca garantizar que el despido colectivo se lleva a cabo dentro del marco legal, con transparencia y respetando los derechos fundamentales de los trabajadores. Asimismo, permite a la autoridad anticipar posibles impactos sociales o económicos, especialmente en sectores estratégicos o en zonas geográficas sensibles.

En resumen, notificar correctamente a la autoridad laboral no solo es un requisito formal indispensable, sino también una muestra de responsabilidad por parte de la empresa. Cumplir con esta obligación de forma rigurosa contribuye a la legalidad del proceso y a la confianza institucional en las decisiones empresariales.

Notificación a la autoridad laboral

La notificación a la autoridad laboral es uno de los pasos formales más importantes dentro del procedimiento de despido colectivo. Este trámite no solo tiene carácter informativo, sino que permite a la Administración ejercer una función de control y supervisión sobre el cumplimiento de la legalidad en el proceso de extinción colectiva de contratos. El incumplimiento de esta obligación puede acarrear la nulidad del despido y responsabilidades legales para la empresa.

La empresa está obligada a comunicar el inicio del procedimiento a la autoridad laboral competente de forma simultánea al comienzo del periodo de consultas con la representación legal de los trabajadores. Esta comunicación debe realizarse por escrito y acompañarse de una serie de documentos clave que justifiquen la medida adoptada.

Entre los documentos que deben adjuntarse destacan:

  • Memoria explicativa de las causas del despido colectivo.
  • Datos económicos, técnicos u organizativos que fundamenten la decisión.
  • Relación de los trabajadores afectados y sus condiciones contractuales.
  • Calendario previsto de ejecución de los despidos.
  • Acta de constitución de la comisión negociadora.

📝 Importante: La autoridad laboral puede intervenir durante el periodo de consultas para mediar o formular recomendaciones, especialmente si considera que existe un riesgo de vulneración de derechos o que no se están siguiendo correctamente los procedimientos.

Una vez finalizado el periodo de consultas, la empresa también deberá comunicar a la autoridad laboral el resultado de la negociación: si se ha alcanzado un acuerdo o no, qué medidas se han pactado y cómo se implementarán. Además, deberá remitir copia de las actas firmadas y la decisión empresarial definitiva.

Esta supervisión administrativa busca garantizar que el despido colectivo se lleva a cabo dentro del marco legal, con transparencia y respetando los derechos fundamentales de los trabajadores. Asimismo, permite a la autoridad anticipar posibles impactos sociales o económicos, especialmente en sectores estratégicos o en zonas geográficas sensibles.

En resumen, notificar correctamente a la autoridad laboral no solo es un requisito formal indispensable, sino también una muestra de responsabilidad por parte de la empresa. Cumplir con esta obligación de forma rigurosa contribuye a la legalidad del proceso y a la confianza institucional en las decisiones empresariales.

Indemnizaciones y compensaciones

Uno de los aspectos más relevantes para los trabajadores afectados por un despido colectivo es la indemnización que recibirán y las posibles compensaciones adicionales que puedan negociarse. Las indemnizaciones tienen una base legal mínima, pero pueden ser mejoradas a través de acuerdos colectivos durante el periodo de consultas entre empresa y representación legal.

En España, la legislación establece que los trabajadores despedidos por causas objetivas en un despido colectivo tienen derecho, como mínimo, a una indemnización equivalente a 20 días de salario por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades. Esta compensación busca mitigar el impacto económico que supone la pérdida del empleo.

Sin embargo, en muchos casos, las partes pueden acordar condiciones más beneficiosas. Durante las negociaciones, es habitual pactar:

  • Indemnizaciones superiores al mínimo legal, especialmente en empresas con solvencia económica.
  • Pagos fraccionados o aplazados, facilitando la gestión financiera de la empresa.
  • Planes de recolocación externa o programas de formación para la reinserción laboral.
  • Extensión de beneficios sociales durante un tiempo limitado (seguros, acceso a servicios, etc.).

💡 Consejo: En cualquier proceso de despido colectivo, es recomendable que los trabajadores afectados soliciten asesoramiento legal para verificar que la indemnización propuesta se ajusta a lo establecido por la ley o por el acuerdo alcanzado en el periodo de consultas.

Además, existen supuestos especiales en los que los trabajadores pueden reclamar una indemnización mayor, por ejemplo, si el despido colectivo es declarado improcedente o nulo por los tribunales. En estos casos, el importe puede ascender hasta 33 días por año trabajado o incluso conllevar la readmisión con abono de salarios de tramitación.

Por otro lado, si se ha alcanzado un acuerdo en el periodo de consultas, las condiciones pactadas tienen valor contractual y obligan a la empresa a su cumplimiento íntegro. Cualquier incumplimiento puede ser reclamado judicialmente por los trabajadores afectados.

En definitiva, las indemnizaciones y compensaciones son un elemento central en la gestión del despido colectivo. Una correcta planificación, negociación y ejecución de estos pagos no solo cumple con la legalidad vigente, sino que contribuye a reducir el conflicto y facilita una transición más justa para los trabajadores hacia nuevas oportunidades laborales.

Impacto en la empresa y medidas alternativas

El despido colectivo no solo afecta profundamente a los trabajadores, sino que también puede tener un impacto significativo en la propia empresa. Desde el punto de vista organizativo, económico y reputacional, este tipo de decisiones conlleva una serie de consecuencias que deben ser evaluadas con cautela antes de su implementación. Además, la legislación laboral española promueve el estudio y aplicación de medidas alternativas que permitan evitar o reducir el número de despidos.

Entre los principales impactos que puede sufrir la empresa al ejecutar un despido colectivo se encuentran:

  • Desmotivación interna: La incertidumbre y la reducción de plantilla pueden afectar la moral del personal restante.
  • Pérdida de talento: Se corre el riesgo de prescindir de empleados con experiencia y conocimientos clave para el negocio.
  • Coste económico: Las indemnizaciones, asesoramiento legal y trámites administrativos implican un coste elevado.
  • Reputación empresarial: La imagen pública de la empresa puede deteriorarse, afectando a clientes, inversores y potenciales empleados.

🔍 Reflexión: Antes de proceder con un despido colectivo, es fundamental que la empresa valore su impacto global, no solo en términos económicos, sino también humanos y estratégicos.

A fin de evitar o mitigar estos efectos, el ordenamiento jurídico contempla una serie de medidas alternativas que pueden discutirse durante el periodo de consultas con los representantes de los trabajadores. Algunas de las más utilizadas son:

  • Reducción de jornada: Disminuir temporalmente la jornada laboral para ajustarse a la carga de trabajo real.
  • Suspensión de contratos (ERTE): Aplicar una medida temporal que permita mantener el vínculo laboral sin despido.
  • Recolocación interna: Reasignar empleados a otros departamentos o funciones donde sean necesarios.
  • Formación y reciclaje profesional: Invertir en la capacitación del personal para adaptarse a nuevos retos empresariales.
  • Jubilaciones anticipadas o incentivadas: Facilitar la salida voluntaria de trabajadores cercanos a la edad de jubilación.

Estas medidas, además de reducir el número de despidos, pueden contribuir a mejorar la relación con la plantilla, mantener el clima laboral y preservar el capital humano, que es uno de los principales activos de cualquier organización. La elección de una alternativa u otra dependerá de la situación concreta de la empresa y de su capacidad para negociar acuerdos sólidos y sostenibles.

Preguntas Frecuentes

El despido colectivo plantea muchas dudas tanto para trabajadores como para empresarios. A continuación, respondemos algunas de las preguntas más comunes sobre este proceso, con el objetivo de aclarar conceptos clave y ayudar a comprender mejor los derechos y obligaciones que implica.

¿Cuántos trabajadores deben verse afectados para que se considere un despido colectivo?
Se considera despido colectivo cuando en un periodo de 90 días se extinguen contratos de trabajo por causas objetivas que afecten a: al menos 10 trabajadores en empresas con menos de 100 empleados; el 10% de la plantilla en empresas de entre 100 y 300 empleados; o al menos 30 trabajadores en empresas con más de 300 empleados.

¿Puede un despido colectivo realizarse sin acuerdo con los representantes de los trabajadores?
Sí, aunque el acuerdo es deseable y fortalece la legalidad del procedimiento, no es obligatorio. La empresa puede ejecutar el despido colectivo tras finalizar el periodo de consultas, aunque no se haya alcanzado un acuerdo. Sin embargo, deberá justificar debidamente la decisión ante la autoridad laboral.

¿Qué sucede si la empresa no cumple con las formalidades del despido colectivo?
El incumplimiento de las obligaciones legales puede dar lugar a la nulidad del despido, obligando a la empresa a readmitir a los trabajadores y abonar los salarios dejados de percibir. Además, puede enfrentarse a sanciones administrativas.

¿Se pueden impugnar los despidos colectivos?
Sí. Los trabajadores, sus representantes o incluso la autoridad laboral pueden impugnar un despido colectivo si consideran que no se han respetado los derechos o el procedimiento legal. En ese caso, un juez será el encargado de determinar su validez.

¿La empresa puede ofrecer compensaciones adicionales a la indemnización legal?
Por supuesto. Durante el periodo de consultas, es frecuente que se negocien condiciones más favorables para los trabajadores, incluyendo indemnizaciones superiores, planes de recolocación o beneficios adicionales. Estos acuerdos son voluntarios pero tienen valor legal una vez firmados.

Conclusión

El despido colectivo es una medida de gran calado tanto para la empresa como para los trabajadores. Su correcta gestión exige no solo el cumplimiento estricto de la normativa laboral vigente, sino también una actitud responsable, empática y transparente por parte de la dirección. La adecuada planificación del proceso, el respeto por los derechos de los empleados y una comunicación fluida con la representación legal son elementos clave para minimizar los efectos negativos de una medida que, en muchos casos, resulta inevitable.

Como hemos visto a lo largo de este artículo, el despido colectivo no es un procedimiento inmediato ni sencillo. Requiere un conocimiento profundo de las causas legales que lo justifican, la presentación de documentación detallada, la apertura de un periodo de consultas con los representantes de los trabajadores y la notificación formal a la autoridad laboral. Cada paso cuenta, y un error puede conllevar la nulidad del despido, sanciones y una importante pérdida de credibilidad empresarial.

Resumen clave: Un despido colectivo bien gestionado debe basarse en la legalidad, el diálogo y la búsqueda de soluciones justas y sostenibles para ambas partes. La anticipación y el asesoramiento profesional son fundamentales.

Para las empresas, adoptar medidas alternativas al despido —como reducciones de jornada, ERTEs o recolocaciones internas— puede suponer una solución más equilibrada y menos traumática. Para los trabajadores, contar con apoyo legal y representación activa es esencial para defender sus intereses y negociar condiciones más favorables. En algunos casos, incluso puede ser necesario defenderse legalmente ante un desahucio injusto en Barcelona si el despido conlleva la pérdida de vivienda.

En definitiva, el despido colectivo debe ser entendido como una última opción dentro de un marco estratégico más amplio. Las decisiones en materia de personal tienen un gran impacto social y humano, y deben tomarse con la máxima responsabilidad. Una empresa que actúa conforme a la ley y con sensibilidad social no solo protege su reputación, sino que también fortalece sus cimientos para el futuro.

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