Cómo reclamar atrasos salariales con éxito

Cómo reclamar atrasos salariales con éxito

Publicado el 29 de julio de 2025


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Qué son los atrasos salariales y cuándo proceden

Los atrasos salariales son cantidades que la empresa debía abonar y no pagó en su momento, o que pagó de forma incompleta. Pueden derivar de nóminas mensuales impagadas, actualizaciones salariales por convenio colectivo, revisiones de IPC, ascensos, pluses no abonados, horas extras, variables por objetivos o regularizaciones por cambios de jornada. Reclamar atrasos salariales permite recuperar lo que te corresponde legalmente y, en su caso, los intereses de demora. No es un “extra”, sino salario debido que se ha diferido en el tiempo, con impacto directo en tu economía y en bases de cotización.

Procede reclamar cuando existe una obligación de pago clara: contrato de trabajo, tablas del convenio aplicable, pactos individuales, políticas internas comunicadas, o usos empresariales constantes. También cuando hay errores en nómina, omisiones reiteradas, o discrepancias entre lo trabajado y lo certificado. Debes distinguir entre atraso (salario debido) y otras figuras como indemnizaciones, dietas o suplidos, que tienen naturaleza distinta. Si la empresa reconoce la deuda pero no paga, además de reclamar atrasos salariales, podrás valorar la vía de resolución de contrato por incumplimiento grave, según el caso y el asesoramiento recibido.

Idea clave: los atrasos nacen de una obligación salarial previa. Identifica con precisión el concepto impagado, el periodo afectado y la norma (contrato/convenio) que respalda el derecho.

Antes de iniciar una acción formal, conviene revisar tu situación laboral actual (tipo de jornada, categoría, variable pactada, turnicidad) y cotejarla con nóminas y recibos. Un análisis ordenado acota la cuantía, evita omisiones y fortalece la negociación. Si existen compañeros en idéntica situación, valorar una reclamación coordinada puede aumentar la presión para un acuerdo y reducir costes.

Causas frecuentes de atrasos: empresa, convenio y errores

Reclamar atrasos salariales suele tener su origen en un puñado de causas recurrentes. La primera es la falta de actualización a las tablas del convenio colectivo cuando estas se publican con efectos retroactivos. Muchas empresas aplican la subida desde la publicación, pero omiten regularizar los meses anteriores, generando diferencias salariales. La segunda causa es el encuadramiento profesional erróneo: si realizas funciones de un grupo superior durante un periodo relevante y no recibes el salario correspondiente, se generan atrasos. La tercera proviene de pluses y complementos (nocturnidad, peligrosidad, disponibilidad, idiomas) que se pagan de forma irregular o sin incluirlos en pagas extraordinarias cuando procede.

También son frecuentes los errores técnicos en nómina: cálculos incorrectos de variables, horas extras no integradas o cotizaciones mal prorrateadas. En empresas con turnos y calendarios cambiantes, registrar y validar incidencias se vuelve complejo y pueden omitirse tramos, festivos o guardias. Otra fuente de atrasos aparece en subcontratas y cadenas de contratas, donde el salario aplicable puede depender del convenio del sector principal o de la empresa empleadora, y una mala interpretación produce diferencias. Por último, en cambios de jornada, ERTE o reducciones por conciliación, los ajustes a mitad de mes se calculan mal y quedan pendientes de regularización.

  • Tablas de convenio con efectos retroactivos sin regularizar.
  • Categoria/funciones superiores no reconocidas.
  • Pluses mal abonados o no incluidos en extras.
  • Variables, horas y guardias computadas en menos.
  • Errores por ERTE, subcontratas o ETT.

Detectar la causa raíz es esencial para orientar la petición: no es lo mismo una regularización por convenio que una reclamación por categoría profesional. En cada caso, la base legal y el modo de cálculo cambia, y con ello la estrategia de negociación.

Cálculo de atrasos e intereses: nóminas, extras y variables

Calcular correctamente es la mitad del éxito al reclamar atrasos salariales. Empieza listando meses afectados y conceptos: salario base, complementos fijos, variables, horas extras, pluses y su repercusión en pagas extraordinarias. Si el convenio actualiza tablas con efectos retroactivos, aplica diferencia por categoría y jornada a cada mes; después, regulariza pagas extras si están prorrateadas o devengadas. En variables por objetivos, revisa políticas y comunicaciones: si el objetivo se alcanzó y existe derecho, integra la diferencia y su impacto en extras cuando proceda. Para horas extras y guardias, usa partes de trabajo, cuadrantes y fichajes; cruza con nóminas para hallar discrepancias.

Una hoja de cálculo ayuda a ordenar filas por mes y columnas por concepto. Suma diferencias mensuales y documenta notas que expliquen cada ajuste. Si hay tramos con cotización inferior por error, anota indicios para solicitar regularización también ante Seguridad Social si fuera necesario. Sobre intereses de demora, distingue entre el interés laboral específico que pudiese fijar la sentencia y el interés legal del dinero: su cómputo suele iniciarse desde el vencimiento de cada mensualidad impagada, aunque en la práctica se liquida desde la interposición de la demanda o desde la firmeza, según el caso.

Consejo práctico: acompaña tu cálculo con copias de nóminas y un cuadro-resumen por periodos. Un layout claro agiliza la conciliación y reduce objeciones.

Cuando existan pluses con naturaleza consolidable o variables recurrentes, valora su incidencia en vacaciones y pagas extras. No olvides redondeos y el tratamiento fiscal; aunque reclamas bruto, conviene prever el neto aproximado para tus expectativas.

Plazos de prescripción y caducidad en la reclamación

El tiempo es crítico para reclamar atrasos salariales. De forma general, las acciones para reclamar cantidades derivadas del contrato prescriben al año desde que pudieron ejercitarse, computándose por cada mensualidad o concepto vencido. Esto significa que, si dejas pasar el tiempo, puedes perder meses antiguos aunque conserves los más recientes. En otras materias (despidos, sanciones) existen plazos de caducidad más breves, pero en reclamaciones de cantidad la referencia suele ser la prescripción anual.

La reclamación extrajudicial fehaciente (por ejemplo, burofax) puede interrumpir la prescripción, reiniciando el cómputo. Del mismo modo, la presentación de la papeleta de conciliación ante el órgano competente suspende plazos hasta su celebración. Por ello, conviene no limitarse a correos informales o chats: utiliza vías que dejen constancia fehaciente. En escenarios con convenios publicados tardíamente, revisa las disposiciones transitorias: a veces establecen efectos retroactivos claros que facilitan exigir regularizaciones dentro del año siguiente.

  • Prescripción general: 1 año por mensualidad o concepto.
  • Interrupción: burofax, requerimiento fehaciente, conciliación.
  • Suspensión: desde la presentación de la papeleta hasta el acto.

Planifica hacia atrás: identifica el primer mes que no quieres perder y actúa con celeridad. Un calendario con hitos (requerimiento, conciliación, demanda) te mantendrá dentro de plazo y mejorará tu posición negociadora.

Pruebas y documentación imprescindible

La prueba sostiene tu reclamación. Reúne contrato de trabajo, anexos, ascensos y cambios de jornada; últimos 18–24 recibos de salario; tablas salariales del convenio aplicable; comunicaciones de objetivos o variables; cuadrantes, partes de trabajo, fichajes y certificados de horas; justificantes de guardias, turnicidad o disponibilidad; y cualquier correo donde se reconozca el adeudo. Si trabajas en subcontrata, añade el contrato mercantil entre empresas o la orden de servicio que acredite la actividad principal y el convenio sectorial de referencia.

Clasifica en carpetas por año y por concepto. Numera documentos y crea un índice; cuando negocies o acudas a conciliación, ofrecerás una visión ordenada y profesional. Si falta alguna nómina, solicita duplicado por escrito. En variables por objetivos, pide las métricas empleadas y su resultado; si la empresa no entrega, deja constancia en reclamación para invertir la carga o reforzar la prueba testifical. Evita pruebas ilícitas (grabaciones sin estar tú presente, accesos a sistemas sin autorización). La prueba pericial contable puede ser útil cuando hay cálculos complejos o discrepancias de bases de cotización.

Checklist rápido: contrato, nóminas, convenio, variables, horas/guardias, comunicaciones y un cuadro de cálculo claro. Cuanta más trazabilidad, más fácil cerrar acuerdo.

Si otros compañeros comparten situación, considera declaraciones coherentes y documentación homogénea. La consistencia grupal suele inclinar la balanza.

Reclamación extrajudicial: burofax, conciliación y negociación

Antes de demandar, iniciar un requerimiento extrajudicial sólido puede resolver gran parte de los casos. Envía un burofax con certificación de texto y acuse de recibo donde identifiques a la empresa, resumas los hechos, concretes periodos y conceptos debidos, adjuntes cuadro de cálculo y concedas un plazo razonable de pago. Indica que, de no atenderse, presentarás papeleta de conciliación y, en su caso, demanda. Este paso deja constancia, interrumpe la prescripción y abre una vía de negociación seria.

La conciliación administrativa es un trámite previo habitual. Acude con tu dossier: índice de pruebas, cálculo detallado y propuesta de cierre (importe, plan de pagos, intereses). En ocasiones, la empresa regulariza parcialmente; negocia cláusulas de pago seguro (transferencia en fecha, certificación de estar al corriente) y evita renuncias genéricas a derechos futuros. Si hay varios afectados, un acuerdo marco con importes individualizados puede facilitar la firma. Cuando la empresa no comparece o no hay avenencia, solicita el acta para continuar con la vía judicial sin perder tiempo.

  • Burofax claro y cuantificado.
  • Acta de conciliación como prueba de buena fe negociadora.
  • Propuesta de pago realista y verificable.

En todo momento, mantén un tono profesional y documentado. La seriedad y el detalle multiplican tus opciones de cobrar sin litigar.

Demanda en el Juzgado de lo Social: pasos y costes

Si la negociación fracasa, el siguiente paso para reclamar atrasos salariales es presentar demanda ante el Juzgado de lo Social competente. Previamente, en la mayoría de supuestos, deberás haber pasado por la conciliación. La demanda debe identificar partes, hechos numerados, fundamentos jurídicos, cuantía desglosada por conceptos y meses, y petición de intereses. Adjunta copia de contrato, nóminas, convenio aplicable y el acta de conciliación. La claridad y el desglose robustecen la pretensión y acotan la controversia.

En costes, no existen tasas judiciales para el trabajador en la jurisdicción social. Sí tendrás que valorar honorarios profesionales y, si lo consideras, una pericial contable. El tiempo hasta juicio varía por territorio; disponer de cálculos cerrados y pruebas ordenadas permite llegar con opciones de acuerdo incluso en la antesala. En sala, la testifical de compañeros y responsables que acrediten funciones, jornadas o variables resulta determinante en casos de categoría o pluses.

Resultado posible: sentencia estimatoria que condene al abono de cantidades e intereses, o acuerdo homologado en el propio juzgado con efectos ejecutivos.

Si la empresa incumple la sentencia o el acuerdo, se solicita ejecución, con embargos si procede. Documentar bienes, cuentas o clientes de la empresa acelera la efectividad de la ejecución.

Diferencias salariales por convenio, categoría y pluses

Las diferencias salariales son una modalidad concreta de atrasos. Se producen cuando el salario abonado fue inferior al que marca el convenio para tu grupo y jornada, o cuando desempeñas funciones superiores sin retribución acorde. Revisa la última publicación del convenio y sus tablas, así como complementos obligatorios (antigüedad, nocturnidad, peligrosidad, idiomas, turnicidad). Si el convenio prevé retroactividad, la empresa debe regularizar desde la fecha indicada. Además, determinados pluses repercuten en pagas extras y vacaciones: omitir esa incidencia genera nuevas diferencias.

Para fundamentar, compara tu categoría en contrato con las funciones reales (órdenes, organigramas, evaluaciones de desempeño). Cuando hay desajuste sostenido, se abre doble vía: reclamar diferencias de salario y solicitar reclasificación profesional. En sectores con plus de convenio sectorial prevalente sobre el de empresa, conviene analizar cuál resulta aplicable según la actividad principal. Si perteneces a subcontrata con centro de trabajo en el principal, el convenio sectorial del servicio puede ser el de referencia, generando un salto retributivo.

  • Verifica tablas y retroactividad del convenio vigente.
  • Contrasta funciones reales con tu categoría en contrato.
  • Calcula incidencia de pluses en extras y vacaciones.

Un expediente bien armado en diferencias salariales es especialmente persuasivo en conciliación: cifras claras y base normativa sólida suelen desembocar en acuerdos rápidos.

Cómo reclamar en ERTE, ETT y subcontratas

En contextos de ERTE, ETT o subcontratas, reclamar atrasos salariales exige afinar la relación entre quien contrata y quien paga. En ERTE, revisa los periodos de suspensión o reducción y los días reales trabajados: los ajustes de jornada a mitad de mes suelen generar descuadres en nómina y bases de cotización. Comprueba también el tratamiento de pagas extras y vacaciones durante el ERTE; si hubo error, reclama regularización y cotizaciones. En ETT, tu empleador formal es la empresa de trabajo temporal, pero el convenio aplicable puede ser el de la empresa usuaria; si se aplicó uno inferior, surgen diferencias salariales a tu favor.

En subcontratas y UTE, identifica la actividad principal y su convenio sectorial. Si desempeñas tareas nucleares del servicio principal, puede resultar aplicable el convenio del sector —no el de tu empresa—, generando atrasos. Reúne el contrato de prestación de servicios, pliegos y órdenes de trabajo; demuestran qué se hace realmente y para quién. Cuando existe responsabilidad solidaria o subsidiaria de la empresa principal por salarios, valora dirigir tu reclamación también contra ella en vía judicial para asegurar el cobro.

Tip operativo: en estructuras complejas, dibuja un mapa de relaciones (ETT/usuaria, contrata/subcontrata/cliente) y anota convenio aplicable, responsable del pago y pruebas clave. Facilita la estrategia y la ejecución.

Si hubo cesión ilegal o encadenamiento de contratas sin cambio real de funciones, explora además acciones de fijeza o antigüedad, que pueden mejorar tu posición al negociar los atrasos.

Preguntas frecuentes

¿Cuánto tiempo tengo para reclamar atrasos salariales? Tienes un año por cada mensualidad o concepto desde su vencimiento. Un burofax o la papeleta de conciliación interrumpen o suspenden los plazos, así que actúa pronto para no perder meses.

¿Necesito abogado para reclamar cantidades? Aunque no es obligatorio para presentar la papeleta, contar con asesoramiento profesional mejora el cálculo, evita errores de plazo y fortalece la negociación y la demanda ante el Juzgado de lo Social.

¿Puedo reclamar intereses por el retraso? Sí. Además del importe principal, se pueden pedir intereses de demora o el interés legal desde el vencimiento o la interposición, según el caso. El juez fijará la forma de cálculo en sentencia.

¿Qué pasa si la empresa no comparece a conciliación? Se dejará constancia en el acta y podrás demandar. La incomparecencia no elimina la deuda y puede perjudicar a la empresa en costas o valoración judicial de la buena fe negociadora.

¿Y si la empresa entra en concurso? La deuda salarial goza de privilegios. Es clave comunicar el crédito en plazo y, si procede, dirigir la ejecución contra la administradora concursal. Valora también responsabilidad de la principal en cadenas de contratas.

  • Actúa rápido: preserva meses con burofax y conciliación.
  • Documenta: contrato, nóminas, convenio, cálculos.
  • Negocia con cifras cerradas y base legal clara.

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