Despido tras accidente de trabajo: pasos para reclamar

Despido tras accidente de trabajo: pasos para reclamar

Publicado el 03 de agosto de 2025


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Qué es el despido tras accidente de trabajo

Hablamos de despido tras accidente de trabajo cuando la empresa extingue tu contrato después de un siniestro laboral o durante la baja médica derivada de ese accidente. Este escenario genera especial protección porque entran en juego derechos laborales, de seguridad social y de prevención de riesgos. La keyword principal “despido tras accidente de trabajo” resume un conflicto en el que se valora si la decisión empresarial vulnera garantías como la no discriminación por enfermedad, la tutela de la salud y la indemnidad por reclamar.

No todo cese después de un accidente es automáticamente nulo, pero la empresa debe justificar de forma sólida las causas del despido y, además, haber cumplido sus deberes de prevención y adaptación de puesto si existe limitación funcional. Cuando el despido se adopta por represalia a una reclamación, por el mero hecho de estar de baja o por estigmatización de la persona lesionada, puede declararse nulo, con readmisión y salarios de tramitación. En cambio, si no se acreditan esos extremos, pero la empresa incumple requisitos formales o materiales, el despido suele ser improcedente, con derecho a indemnización.

Es clave diferenciar las causas alegadas en la carta de despido (disciplinarias, objetivas por causas económicas, técnicas, organizativas o productivas) y comprobar si guardan relación real con tu desempeño y con la situación posterior al accidente. La jurisprudencia analiza indicios: temporalidad cercana al siniestro, inexistencia previa de sanciones, cambios de criterio repentinos o falta de medidas de reintegración. Ante la duda, impugnar permite que un juez examine pruebas, proporcionalidad y respeto de garantías.

Idea clave: si el despido se vincula a la baja por accidente o a tu reclamación de derechos, podríamos estar ante un supuesto de nulidad por vulneración de derechos fundamentales. Revisa la carta, conserva pruebas y actúa dentro de plazo.

Primeros pasos y plazos clave

El tiempo es determinante. Dispones de 20 días hábiles para impugnar el despido desde la fecha de efectos. Los sábados, domingos y festivos no cuentan. Antes de presentar la demanda, deberás acudir al acto de conciliación administrativa (SMAC o servicio autonómico equivalente). Por eso, el primer paso es anotar fechas exactas de comunicación del despido y de abono del finiquito, y solicitar cita para la papeleta de conciliación lo antes posible.

A la vez, solicita por escrito tu copia de la carta de despido, tu expediente médico-laboral (si procede), informes de la mutua y partes de accidente. Si estás de baja, confirma el origen laboral (parte de contingencia profesional) y pide a la mutua o al INSS la documentación acreditativa. Paralelamente, recopila comunicaciones internas, testigos y cualquier indicio de represalia o trato desigual desde el accidente.

Si la empresa te propone firmar, no renuncies a acciones sin haber recibido asesoramiento. Puedes firmar el finiquito como “no conforme” y solicitar desglose de cantidades. Ten presente que aceptar indemnizaciones o acuerdos precipitadamente puede limitar tu margen posterior. En los primeros días, define con tu abogado laboralista una estrategia: reclamar nulidad, improcedencia o impugnar causas objetivas aportando datos económicos y organizativos.

  • Calcula el plazo: 20 días hábiles desde la fecha de efectos.
  • Presenta cuanto antes la papeleta de conciliación.
  • Recopila carta de despido, nóminas, partes de accidente y comunicaciones internas.
  • Firma el finiquito como “no conforme” si discrepas de cantidades.
  • Define si reclamarás nulidad o improcedencia.

Documentación y pruebas imprescindibles

Una reclamación sólida comienza con un dossier ordenado. Reúne contrato, nóminas del último año, vida laboral, y la carta de despido con acuse de recibo. Incorpora el parte de accidente de trabajo, informes de urgencias, seguimiento de la mutua, y si los hay, partes de recaída. La conexión entre accidente y decisiones empresariales requiere demostrar indicios: cambios de turno, carga de trabajo desproporcionada, negación de adaptaciones o comentarios estigmatizantes.

Pruebas útiles: correos electrónicos donde comunicaste limitaciones médicas, solicitudes de adaptación de puesto, denegaciones, mensajes corporativos, chats con coordinación sobre bajas o altas, y testifical de compañeros. Si sospechas de represalia por denunciar riesgos, añade copia de cualquier aviso a prevención, comités o Inspección de Trabajo. En casos de causas objetivas, solicita documentación económica (memorias, cuentas, informes técnicos) para cuestionar la razonabilidad del despido selectivo.

Organiza un índice probatorio y etiqueta archivos con fecha y breve descripción. Valora informes periciales médicos que expliquen las limitaciones y alternativas de adaptación razonable. En la vista, la carga de la prueba puede invertirse parcialmente si aportas indicios de discriminación; la empresa deberá acreditar que la decisión fue ajena al accidente y objetivamente justificada. Cuanto más claro sea el rastro documental, más opciones tendrás de lograr nulidad o indemnización elevada.

Checklist rápido: carta y fecha de efectos, contrato y nóminas, partes y alta/baja médica, comunicaciones internas, solicitudes de adaptación, testigos, y, si procede, documentación económica de la empresa.

Conciliación previa (SMAC) y acuerdos

La conciliación es paso obligatorio antes de demandar por despido. Presentas una papeleta en el servicio de mediación (SMAC o equivalente autonómico) que interrumpe el cómputo del plazo y convoca a empresa y persona trabajadora. En el acto, puedes reclamar nulidad o improcedencia y cuantías aproximadas. Es un espacio para explorar acuerdos: indemnización mejorada, reconocimiento de improcedencia, pago de salarios pendientes, finiquito correcto y emisión de certificado de empresa para desempleo.

Si estás de baja por accidente, exige claridad: que el acuerdo no prejuzgue el origen de las lesiones ni limite acciones frente a mutua o INSS. Evita cláusulas genéricas de renuncia a futuras responsabilidades médicas o de seguridad social. Pide que conste por escrito cualquier compromiso de la empresa, plazos de pago y método (transferencia identificada). Un buen acuerdo debe cerrar el conflicto sin dejar vacíos: cantidades netas, retenciones, seguros sociales y entrega de documentación.

Si no hay pacto, obtendrás un acta “sin avenencia” y continuarás con la demanda. No te frustres: a veces, al ver tu estrategia y pruebas, la empresa negocia más adelante. En materia de despido tras accidente de trabajo, muchos casos mejoran tras una primera propuesta insuficiente. Mantén la coherencia: pide lo que puedas sostener ante el juzgado, y documenta la evolución de tu situación clínica y económica.

  • Interrumpe el plazo de 20 días hábiles.
  • Negocia indemnización, finiquito y certificados.
  • Evita renuncias globales sobre salud o prestaciones.
  • Deja fechas y formas de pago por escrito.

Demanda laboral: estrategia y proceso

La demanda fija el marco del litigio: hechos, fundamentos y petición. Define si pides nulidad por vulneración de derechos fundamentales (discriminación por enfermedad/accidente, represalia por reclamar, falta de adaptación razonable), o improcedencia por insuficiencia de causa o defectos formales. En casos objetivos, impugna criterios de selección, cifras y medidas alternativas menos lesivas. Adjunta cronología desde el accidente: parte, baja, comunicaciones, cambios de tareas y, finalmente, el despido.

El juicio social es ágil: preclusiones estrictas, prueba documental, testifical y pericial. Prepara a tus testigos para explicar el contexto sin contradicciones. Solicita oficio a la mutua o Inspección de Trabajo si faltan piezas. La carga indiciaria es clave: demuestra proximidad temporal y patrones de trato. Si invocas derechos fundamentales, pide inversión de la carga probatoria; la empresa deberá acreditar motivación objetiva y proporcionalidad.

Valora medidas cautelares en supuestos de especial vulnerabilidad, y no olvides cuantificar la indemnización o salarios de tramitación en caso de nulidad. Tras la sentencia, caben recursos, pero también acuerdos en fase de ejecución. La claridad de tus pretensiones desde la demanda hará más sencillo negociar y ejecutar. Recuerda: tu objetivo no es solo ganar, sino cobrar y cerrar el conflicto con seguridad jurídica.

Punto táctico: al pedir nulidad, incorpora prueba sobre el impacto del despido en tu salud y economía, y la viabilidad de adaptación de puesto. Esto refuerza la proporcionalidad y la tutela reforzada tras un accidente.

Indemnización y salarios de tramitación

Si el despido se declara improcedente, la empresa elige entre readmitirte o indemnizarte. La indemnización habitual se calcula con 33 días por año de servicio (con tope legal y regla transitoria de 45 días para antigüedad anterior a 2012). Para cuantificar, usa tu salario bruto diario y antigüedad exacta. Incluye conceptos fijos y variables consolidados. En la práctica, muchas empresas optan por pagar la indemnización para evitar readmisión.

Si el despido es nulo, la regla es la readmisión con abono de salarios de tramitación desde la fecha del despido hasta la notificación de la sentencia, además de cotizaciones. En contextos de accidente, la nulidad puede derivar de vulneración de derechos fundamentales o violación de garantías de salud. También puede acumularse reclamación de daños y perjuicios si existe negligencia en prevención de riesgos.

No olvides el finiquito: vacaciones no disfrutadas, pagas extra prorrateadas y horas pendientes. Comprueba retenciones y bases para desempleo. Si firmaste un acuerdo, revisa si incluye indemnización neta o bruta y cómo se gestionarán las retenciones. Ante dudas, un cálculo comparativo entre opciones (readmisión vs. indemnización) te permite decidir mejor, especialmente si sigues con limitaciones derivadas del accidente de trabajo.

  • Improcedencia: 33 días/año (con reglas transitorias).
  • Nulidad: readmisión + salarios de tramitación y cotizaciones.
  • Finiquito: vacaciones, extras, horas y atrasos.
  • Valora daños morales si hubo vulneración de derechos.

Despido nulo, improcedente o procedente

La nulidad se declara cuando el despido vulnera derechos fundamentales (discriminación, represalia, lesión de la integridad física) o situaciones legalmente protegidas. En accidentes de trabajo, los juzgados analizan indicios de conexión entre la baja médica y el cese: si la empresa no puede desvirtuarlos, habrá readmisión. La improcedencia procede cuando faltan causa real o requisitos formales (carta imprecisa, pruebas insuficientes, defectos en criterios de selección en despidos objetivos).

El despido procedente exige pruebas robustas: hechos graves y culpables en el disciplinario, o razones objetivas acreditadas y proporcionadas en el objetivo. Tras un accidente, la empresa debería explorar adaptaciones razonables y medidas menos lesivas antes de extinguir, especialmente si tus funciones pueden redistribuirse o si existen vacantes compatibles. La ausencia de esta exploración incrementa el riesgo de nulidad o improcedencia.

En la carta, vigila el relato fáctico: fechas, incidentes, indicadores de desempeño y documentación adjunta. Si detectas generalidades, contradicciones o hechos no contemporáneos, son puntos de ataque. Del mismo modo, cuestiona la proporcionalidad: ¿era el despido la última opción razonable? En el objetivo, revisa si se respetó el preaviso, la puesta a disposición de la indemnización y los criterios no discriminatorios.

Conclusión operativa: la calificación dependerá de pruebas y garantías respetadas. En despido tras accidente de trabajo, la nulidad es frecuente cuando hay indicios de discriminación o represalia; la improcedencia, cuando la empresa carece de causa o fallan las formas.

Baja médica, mutua e incapacidad

Tras un accidente laboral, la baja médica se gestiona normalmente por la mutua colaboradora. Es vital que la contingencia quede calificada como profesional, pues afecta a prestaciones, recargos y responsabilidades. Guarda partes de baja, confirmación y alta, así como informes de tratamiento y rehabilitación. Si discrepas de la calificación (laboral vs. común), existen vías de impugnación ante INSS e Inspección de Trabajo.

Si el despido ocurre durante la baja, no pierdes acceso a asistencia sanitaria ni a la prestación por incapacidad temporal, y podrás solicitar prestación por desempleo cuando proceda. En lesiones con secuelas, valora el reconocimiento de incapacidad permanente (parcial, total, absoluta o gran invalidez). Cuando el accidente se debió a falta de medidas de seguridad, cabe exigir recargo de prestaciones y responsabilidad civil por daños, independientes del resultado del pleito laboral por despido.

La coordinación entre lo laboral y lo prestacional es estratégica: un acuerdo en el procedimiento de despido no debe limitar tus derechos sanitarios ni prestaciones futuras. Si vuelves al trabajo, reclama vigilancia de la salud y adaptación del puesto si hay limitaciones. Documentar estas solicitudes es útil para defenderte de eventuales decisiones empresariales y para demostrar tu buena fe y voluntad de reintegración.

  • Calificación de contingencia: impacta en cuantías y responsabilidades.
  • Derechos durante la baja: asistencia y prestaciones intactas.
  • Secuelas: valora incapacidad permanente y recargo.
  • Solicita adaptación de puesto y vigilancia de la salud.

Errores frecuentes y consejos de negociación

Primer error: dejar pasar los 20 días hábiles. La caducidad es tajante. Segundo: firmar finiquitos con renuncias globales sin entender su alcance. Tercero: no conservar la carta de despido y la documentación médica relacionada con el accidente. Cuarto: llegar a la conciliación sin cálculo de indemnización ni propuesta mínima de cierre. Quinto: descuidar testigos y comunicaciones internas que evidencien represalia o falta de adaptación razonable.

En negociación, define un rango objetivo (mínimo, deseable y óptimo) según antigüedad, salario, probabilidad de nulidad, y necesidad de liquidez. Si existen indicios sólidos de discriminación, tu palanca negociadora crece; si no, enfoca en improcedencia y cuantías. Pide pagos bancarios identificados, plazos claros y penalizaciones por mora. Evita canjes poco transparentes sobre salud o prestaciones. A veces es útil aceptar una indemnización adecuada hoy que litigar años sin garantías de cobro.

Cuida la comunicación: sé firme y respetuoso, mantén coherencia con la demanda y trae los números hechos (indemnización, vacaciones, salarios). Si la empresa ofrece readmisión, sopesa tu estado de salud, posibilidad de adaptación y clima laboral. Recuerda que un buen acuerdo también reduce el estrés y te permite enfocarte en la recuperación. Documenta todo y pide copia del acta; será la base para ejecutar si la parte contraria incumple.

Consejo práctico: entra en la conciliación con un borrador de acuerdo “llave en mano”: importes, fechas, certificado de empresa, entrega de documentación y renuncias limitadas solo al objeto transado.

Preguntas frecuentes

¿Pueden despedirme estando de baja por accidente de trabajo? Pueden comunicar un despido, pero si existe conexión con la baja o hay indicios de discriminación o represalia, el cese puede ser nulo. La empresa deberá probar causas objetivas y ajenas a tu estado de salud y haber explorado adaptaciones razonables cuando proceda.

¿Cuál es el plazo para reclamar? Dispones de 20 días hábiles desde la fecha de efectos. Debes presentar papeleta de conciliación para interrumpir el cómputo y, si no hay acuerdo, demanda ante el juzgado de lo social.

¿Qué diferencia hay entre despido nulo e improcedente? La nulidad implica readmisión y salarios de tramitación por vulneración de derechos fundamentales. La improcedencia supone elección de la empresa entre readmitirte o indemnizarte; no hay salarios de tramitación salvo readmisión.

¿Cómo calculo la indemnización? Para improcedencia, usa salario bruto diario y antigüedad: 33 días por año (con tope y reglas transitorias). Incluye variables consolidadas y revisa el finiquito (vacaciones, extras).

¿Qué pasa con mis prestaciones si me despiden estando de baja? Mantienes la asistencia sanitaria y la prestación por incapacidad temporal. Al finalizar, podrás solicitar desempleo si cumples requisitos. Si hubo incumplimiento preventivo, explora recargo de prestaciones y daños y perjuicios.

  • Actúa rápido: 20 días hábiles.
  • Conserva carta, partes médicos y comunicaciones.
  • Evita renuncias generales sin asesoramiento.
  • Negocia con cálculos concretos y documentación.

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