Cómo actuar si tu empresa no cotiza tu jornada real
¿Tu empresa no cotiza tu jornada real? Comprueba tu vida laboral, reúne pruebas y reclama diferencias salariales y de cotización ante Inspección de Trabajo.
Índice
- Señales de que no se cotiza tu jornada real
- Por qué es grave y consecuencias legales
- Cómo comprobar vida laboral y bases de cotización
- Pruebas útiles: registro, emails y testigos
- Primeros pasos: requerimiento a la empresa
- Denunciar ante Inspección de Trabajo
- Reclamar salarios y diferencias de cotización
- Efectos en prestaciones: paro, baja y jubilación
- Estrategia en contratos temporales y periodo de prueba
- Modelo de requerimiento breve
- Preguntas frecuentes
Señales de que no se cotiza tu jornada real
Cuando la empresa no cotiza tu jornada real ante la Seguridad Social, suele dejar huellas reconocibles en tu documentación laboral y en tu día a día. La primera señal es la discrepancia entre las horas que trabajas y las que figuran en tu contrato o nóminas: si firmas un contrato a tiempo parcial pero cumples horario completo, o si realizas horas extra que nunca aparecen en la nómina, probablemente se esté infracotizando. Otra pista es la ausencia o manipulación del registro horario obligatorio. Si no se te facilita un sistema fiable de fichaje o si tus horas aparecen sistemáticamente recortadas, existe riesgo de fraude.
Revisa también tu vida laboral y tus bases de cotización: si son inferiores a lo que correspondería por tu salario y jornada efectiva, hay un indicio claro. Observa correos, turnos, cuadrantes y comunicaciones internas en las que se asignan horas que no coinciden con lo declarado. Si te piden “no fichar” ciertos tramos o te animan a “recuperar horas” sin coste, están desvirtuando la jornada real. Las quejas recurrentes de compañeros sobre lo mismo refuerzan el patrón.
Checklist rápido: contrato a tiempo parcial con horario de hecho completo, horas extra fuera de nómina, registro de jornada inexistente o alterado, vida laboral con bases bajas, instrucciones verbales para “no dejar rastro”. Ante dos o más señales, actúa.
Por qué es grave y consecuencias legales
No cotizar la jornada real perjudica directamente tus derechos presentes y futuros. A corto plazo, reduce tus bases de cotización y puede rebajar tu salario neto si las horas extra no se pagan. A medio y largo plazo, afecta a prestaciones como incapacidad temporal, desempleo y jubilación: tus coberturas y cuantías se calculan sobre bases inferiores, lo que supone pérdida económica acumulada. Además, el fraude en cotizaciones es una infracción grave para la empresa, que puede enfrentarse a sanciones, liquidaciones de cuotas atrasadas y recargos.
Desde el punto de vista jurídico, el trabajador tiene derecho a que se reconozca su jornada efectiva, a percibir diferencias salariales y a que se regularicen las cotizaciones. La Inspección de Trabajo puede requerir a la empresa el pago de cuotas y sancionarla. Si el incumplimiento se vincula a represalias o vulneración de derechos fundamentales, podrían derivarse acciones adicionales. Ignorar el problema perpetúa el perjuicio: cada mes de cotización incorrecta cuenta en tu contra.
Conclusión: no es una mera irregularidad administrativa; es un daño económico real y continuado. Corregirlo cuanto antes protege tu futuro y obliga a la empresa a cumplir la ley.
Cómo comprobar vida laboral y bases de cotización
Para verificar si tu empresa cotiza tu jornada real, comienza descargando tu informe de vida laboral y las bases de cotización del período dudoso. Contrasta las horas y bases con tu salario y tu horario efectivo. Si trabajas 40 horas semanales y tu contrato dice 20, las bases deberían evidenciar esa reducción; lo mismo si realizas turnos ampliados o fines de semana no reflejados. Reúne nóminas, contrato, anexos, variaciones de jornada y cualquier documento que muestre tus condiciones reales.
Compara los cuadrantes de turnos, el registro de jornada, partes de trabajo, tickets de fichaje, emails de asignación de tareas y mensajes en herramientas internas. Revisa movimientos bancarios para detectar pagos en “B” o conceptos ambiguos que enmascaran horas. Si la empresa usa un software de fichaje, pide copia de tus marcajes. El objetivo es armar una foto fiel: horas efectivas trabajadas frente a horas y bases cotizadas. Cuanto más preciso sea el contraste, más sólido será tu caso ante Recursos Humanos, Inspección o un juzgado.
Tip práctico: crea una tabla mensual con columnas de “horas planificadas”, “horas efectivas”, “nómina” y “base de cotización”. Te ayudará a visualizar las diferencias y a explicarlas con claridad.
Pruebas útiles: registro, emails y testigos
Las pruebas son la clave para acreditar que tu jornada real no coincide con la cotizada. El registro de jornada es prioritario: fichajes de entrada y salida, reportes del sistema, exportaciones de turnos y auditorías internas. A ello se suman correos electrónicos con asignaciones de horarios, cambios de turno, avisos de guardias o aperturas y cierres. Capturas de pantallas de herramientas de gestión de tareas y mensajería corporativa también son útiles, siempre preservando formatos y metadatos cuando sea posible.
Los testigos de compañeros o mandos intermedios aportan valor, especialmente si confirman pautas generalizadas. Conserva fotografías de tablones de turnos y partes diarios firmados. Evita obtener pruebas vulnerando la confidencialidad o la protección de datos; céntrate en documentos propios o a los que accedes legítimamente por tu trabajo. Mantén un cuaderno de incidencias con fechas, horas, tareas y responsables que ordene la evidencia.
Buenas prácticas probatorias: guarda originales, haz copias de seguridad, numera los documentos y anota su origen. Un expediente ordenado transmite solidez y facilita la labor de Inspección y del juez.
Primeros pasos: requerimiento a la empresa
Antes de acudir a Inspección de Trabajo, suele ser conveniente un requerimiento interno por escrito a la empresa. Dirige un email o burofax a Recursos Humanos y a tu responsable inmediato exponiendo, de forma objetiva, la discrepancia entre tu jornada real y la cotizada. Adjunta una muestra representativa de pruebas (no es necesario todo el expediente) y solicita regularización inmediata: reconocimiento de la jornada, pago de diferencias salariales y corrección de cotizaciones con efecto retroactivo.
Fija un plazo razonable para recibir respuesta (por ejemplo, diez días hábiles) y advierte que, de no atenderse, activarás las vías administrativas y judiciales oportunas. Evita juicios de valor; céntrate en hechos, fechas y documentos. Si temes represalias, menciona que el ejercicio de tus derechos no puede motivar sanciones, cambios de puesto o despido. Establecer este primer paso formal demuestra buena fe y puede propiciar una solución rápida sin necesidad de denuncia.
Documento clave: guarda acuse de recibo o evidencias de entrega (burofax, registro interno, sello en copia). Serán útiles si la empresa niega haber sido advertida.
Denunciar ante Inspección de Trabajo
Si la empresa no corrige la situación, presenta una denuncia ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. La denuncia debe identificar a la empresa, el centro de trabajo y describir con precisión los hechos: jornada real, jornada declarada, periodos afectados y sistemas de control. Adjunta documentos que sustenten la infracción y pide actuaciones de comprobación sobre registro horario, nóminas y cotizaciones. Puedes solicitar anonimato para proteger tu identidad, aunque aportar datos concretos facilita la eficacia de la inspección.
La Inspección puede requerir documentación, visitar el centro, entrevistar a trabajadores y proponer actas de infracción, con liquidación de cuotas y sanciones. Paralelamente, valora interponer una papeleta de conciliación para reclamar cantidades y, si procede, una demanda ante el juzgado de lo social. Coordinar ambas vías (administrativa y judicial) con asesoramiento profesional aumenta las probabilidades de regularización completa y de resarcimiento económico.
Consejo: estructura tu denuncia en hechos, fundamentos y pruebas. Incluye un calendario de horas y bases afectadas; facilita mucho la labor inspectora.
Reclamar salarios y diferencias de cotización
La reclamación económica suele dividirse en dos bloques: diferencias salariales (horas no pagadas, pluses ligados a jornada y horas extra) y regularización de cotizaciones (bases correctas, periodos y recargos). Para salarios, recopila nóminas y calcula las horas realizadas frente a las abonadas. Para cotizaciones, cuantifica la base debida según jornada efectiva y salario real. La Inspección puede ordenar a la Tesorería la liquidación de cuotas, pero el cobro de diferencias salariales requiere tu acción frente a la empresa, normalmente previa conciliación.
No olvides reclamar intereses y posibles sanciones por demora. En algunos casos, la infracotización también incide en pagas extra, vacaciones y descansos, generando ajustes adicionales. Si el fraude ha sido continuado, plantea la extensión temporal con el horizonte máximo que permita la normativa de prescripción. Un peritaje contable sencillo o una hoja de cálculo bien documentada dan soporte técnico a la reclamación y evitan discusiones abstractas.
Punto crítico: la cifra final depende de demostrar la jornada real. Sin una prueba clara del tiempo trabajado, la empresa intentará discutir los importes. Tu expediente probatorio marca la diferencia.
Efectos en prestaciones: paro, baja y jubilación
Las bases de cotización determinan la cuantía de múltiples prestaciones. Una base inferior por infracotización reduce, por ejemplo, la prestación por desempleo, las prestaciones por incapacidad temporal y, a largo plazo, la pensión de jubilación. La pérdida no es trivial: pequeñas diferencias mensuales acumuladas durante años se traducen en cientos o miles de euros menos. Regularizar ahora corrige tu base futura y también puede recalcular periodos pasados si se acredita el desfase.
Si estás en situación de baja médica, la prestación se calcula sobre la base cotizada; reclamar su corrección durante el proceso puede resultar determinante. En el desempleo, la base reguladora deriva de las cotizaciones recientes; por ello, solucionar la infracotización antes de un cese mejora tu cobertura. Respecto a la jubilación, cada mes con base correcta suma a tu carrera de cotización y evita lagunas que mermen la pensión. Comprender esta conexión ayuda a priorizar la regularización como inversión en tu seguridad económica.
Idea clave: la infracotización hoy es menos prestación mañana. Actúa cuanto antes para no arrastrar pérdidas silenciosas.
Estrategia en contratos temporales y periodo de prueba
En contratos temporales, de obra o a tiempo parcial, la infracotización suele camuflarse como necesidades puntuales. Documenta la continuidad de horarios ampliados y la reiteración de horas extra no reflejadas. Si estás en periodo de prueba o temes represalias, valora presentar denuncia con solicitud de confidencialidad y escalonar tus pasos: primero requerimiento, luego Inspección y, por último, vía judicial si no hay corrección. Mantén siempre un tono profesional y evita confrontaciones innecesarias que puedan distorsionar el fondo.
Cuando la empresa utiliza múltiples contratos parciales encadenados con jornada de hecho completa, existe base para reclamar la condición de tiempo completo y las diferencias de cotización. En sectores con turnos cambiantes, los cuadrantes y el registro de fichajes son tu mejor defensa. La anticipación estratégica —guardar pruebas desde el inicio, consultar asesoramiento y fijar plazos— te permite actuar con seguridad incluso en entornos laborales inestables.
Estrategia prudente: combina discreción con firmeza, acumula evidencias y utiliza canales formales. La protección de tus derechos es compatible con la continuidad profesional.
Modelo de requerimiento breve
Asunto: Regularización de jornada y cotizaciones
A la atención de RR. HH.: Por medio del presente, pongo en su conocimiento la discrepancia detectada entre mi jornada efectiva y la cotización comunicada a la Seguridad Social. En los meses de referencia he realizado una jornada de hecho de [indicar horas], mientras que constan [indicar horas] y bases inferiores a las que corresponden por salario y tiempo trabajado.
Solicito en el plazo de 10 días hábiles: (1) reconocimiento de mi jornada real, (2) abono de las diferencias salariales y horas extraordinarias, y (3) regularización de las bases de cotización con efectos retroactivos. Adjunto relación de horarios, nóminas y registros de fichaje que acreditan lo expuesto.
Quedo a disposición para cualquier aclaración. En caso de no obtener respuesta, me veré obligada a acudir a Inspección de Trabajo y a las acciones legales oportunas. Atentamente, [Nombre y DNI].
Este modelo sirve como punto de partida. Personalízalo con fechas, turnos y documentos clave. Envía por un medio que deje constancia de entrega y conserva copia.
Preguntas frecuentes
¿Puedo denunciar de forma anónima? Es posible solicitar reserva de identidad ante Inspección para evitar represalias, aunque aportar datos concretos y documentación facilita la investigación.
¿Qué plazo tengo para reclamar cantidades? Las cantidades salariales tienen plazos de reclamación limitados; actúa cuanto antes para evitar prescripción y documenta de inmediato los periodos afectados.
¿Sirven los mensajes de WhatsApp o apps internas? Pueden servir como indicios si identifican fechas, horas y tareas. Complementa con registros de fichaje, nóminas y cuadrantes para mayor solidez.
¿Qué pasa si me despiden tras reclamar? Las represalias por ejercer derechos pueden ser impugnadas. Documenta el requerimiento y busca asesoramiento inmediato si se produce un despido o sanción.
¿La empresa puede regularizar sin sanción? La Inspección valora la colaboración y la corrección voluntaria, pero la existencia de infracción puede conllevar sanciones y liquidación de cuotas.
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