
Indemnización por mobbing laboral: claves legales
Publicado el 05 de septiembre de 2025
📖 Tiempo estimado de lectura: 10 min
Índice
- Qué es el mobbing laboral y cuándo procede una indemnización
- Marco legal aplicable y derechos del trabajador
- Pruebas y evidencias eficaces para acreditar el acoso
- Cálculo de la indemnización: conceptos y métodos
- Procedimiento para reclamar: pasos y plazos
- Baja médica, incapacidad y su impacto en la indemnización
- Errores comunes y cómo evitarlos
- Si sigo trabajando: medidas de protección y estrategia
- Acuerdos extrajudiciales y negociación
- Preguntas frecuentes
Qué es el mobbing laboral y cuándo procede una indemnización
La indemnización por mobbing laboral es la compensación económica que puede recibir una persona trabajadora cuando sufre acoso psicológico o conductas hostiles reiteradas en el trabajo que lesionan su dignidad, salud y carrera profesional. El mobbing no es un conflicto puntual ni un malentendido aislado: exige repetición, intencionalidad o, al menos, tolerancia de la empresa ante comportamientos que humillan, aíslan, degradan o expulsan de facto al trabajador de su puesto. Pueden ser conductas de superiores, iguales o incluso de subordinados si la empresa las consiente o no las previene.
Para que proceda una indemnización es necesario acreditar: (1) la existencia de un patrón de hostigamiento objetivo, (2) el nexo causal con el daño padecido (daño moral, perjuicios económicos, afectación a la salud) y (3) la responsabilidad empresarial por acción u omisión. La responsabilidad surge porque la empresa debe proteger la integridad de su plantilla, prevenir riesgos psicosociales y activar protocolos internos cuando hay alerta de acoso. Si no lo hace, incurre en incumplimiento y abre la puerta a la reclamación de daños y, en su caso, a la extinción indemnizada del contrato.
El acoso puede manifestarse de muchas formas: descalificaciones continuas, sobrecarga intencional e injustificada, vaciamiento de funciones, aislamiento informativo, cambios de turno o destino sin razón objetiva, sanciones infundadas, asignación de objetivos imposibles, rumores o difamación, y bloqueo de la promoción o de la formación. La clave está en la reiteración y en el impacto real en la persona, no en la mera incomodidad.
Idea clave: si las conductas son sistemáticas, atentan a la dignidad y la empresa no las corrige, puedes reclamar indemnización por mobbing laboral y, en su caso, solicitar medidas cautelares o la extinción del contrato con compensación.
- Reiteración y hostilidad objetivas.
- Daño moral y/o patrimonial demostrable.
- Obligación empresarial de prevención y respuesta.
Marco legal aplicable y derechos del trabajador
La indemnización por mobbing laboral se sustenta en un entramado de normas laborales y civiles que consagran el derecho a la integridad física y moral, a la dignidad y a la prevención de riesgos. En el ámbito laboral, el Estatuto de los Trabajadores reconoce el derecho a la consideración debida, a no ser discriminado y a rescindir el contrato por incumplimientos graves del empresario (extinción indemnizada, frecuentemente invocada cuando el acoso hace inviable la continuidad). La normativa de prevención de riesgos obliga a evaluar y controlar los riesgos psicosociales e implantar protocolos de acoso.
En paralelo, el orden jurisdiccional social puede reconocer indemnizaciones por daños y perjuicios derivados del incumplimiento empresarial, y la jurisdicción civil puede ser competente para daños extracontractuales en ciertos supuestos. Cuando el acoso tiene carácter discriminatorio (por razón de sexo, origen, orientación, etc.), entra en juego la normativa de igualdad, con inversión de la carga de la prueba y especial gravedad.
Tus derechos esenciales frente al mobbing incluyen: a) solicitar medidas preventivas y cautelares, b) activar el protocolo de acoso o denunciar ante la Inspección de Trabajo, c) pedir adaptación del puesto o cambios organizativos razonables, d) interponer demanda ante los juzgados de lo social reclamando cese del acoso, tutela de derechos fundamentales, y e) exigir una indemnización por daño moral y otros perjuicios (salarios dejados de percibir, costes médicos o terapéuticos, pérdida de oportunidades profesionales).
Consejo práctico: solicita por escrito la activación del protocolo interno y registra la entrega. Ese primer paso refuerza tu posición probatoria y demuestra tu diligencia, clave para la posterior indemnización.
- Derecho a la tutela de la dignidad y la salud.
- Prevención de riesgos psicosociales obligatoria.
- Posibilidad de tutela de derechos fundamentales y compensación económica.
Pruebas y evidencias eficaces para acreditar el acoso
La prueba es el pilar de cualquier reclamación de indemnización por mobbing laboral. Como el acoso suele darse en contextos cerrados y con testigos reticentes, conviene construir una trazabilidad sólida y variada. Empieza por recopilar comunicaciones (correos, mensajes, instrucciones en chats corporativos), citaciones a reuniones y agendas, evaluaciones de desempeño, cambios de puesto u objetivos y cualquier documento que muestre un patrón hostil. Si existen sanciones o advertencias, analiza su fundamento y compara con antecedentes y criterios aplicados a otros compañeros.
Los partes médicos, informes psicológicos y de mutua son esenciales para enlazar el acoso con la afectación a la salud. Pide que conste la relación con el entorno laboral si el profesional lo estima justificado. También ayudan las grabaciones propias en lugares donde no se vulnere la intimidad ni el secreto de las comunicaciones, siempre que seas parte en la conversación. Los testigos, incluso indirectos, pueden describir conductas, cambios de trato o hechos relevantes. La Inspección de Trabajo puede levantar actas que, aunque no sean sentencia, aportan un soporte objetivo.
Organiza la prueba en cronología: qué pasó, cuándo, quién estuvo y cómo reaccionó la empresa. Adjunta anexos con documentos y elabora una tabla-resumen con fecha, hecho y evidencia asociada. Esto facilita que el juzgado o la Inspección capten el patrón y valoren el nexo causal del daño. Evita exageraciones; la consistencia y la coherencia pesan más que el tono emocional.
Checklist probatoria: correos y chats relevantes, partes médicos, quejas o escritos internos, acta de Inspección, organigrama y cambios, objetivos asignados, sanciones, testimonios, y cronología documentada.
Cálculo de la indemnización: conceptos y métodos
Calcular la indemnización por mobbing laboral exige identificar los conceptos indemnizables y aplicar criterios de cuantificación razonables y defendibles. Normalmente se reclaman: daño moral (lesión a la dignidad, ansiedad, sufrimiento), daños patrimoniales (salarios perdidos, costes médicos o terapéuticos, medicación, desplazamientos), y pérdida de oportunidad (promociones frustradas, variable no percibida). Si el acoso fuerza una extinción indemnizada del contrato, se puede solicitar la compensación prevista para ese supuesto, además de los daños y perjuicios derivados del acoso.
En la práctica, el daño moral se apoya en la gravedad y duración del hostigamiento, la intensidad probatoria, el impacto acreditado en la salud y la pasividad empresarial. Los daños patrimoniales requieren justificar importes con facturas, recibos y cálculos comparativos (por ejemplo, variable media de años previos frente a descenso injustificado). La pérdida de oportunidad se argumenta con evaluaciones, correos sobre procesos de promoción o ampliación de responsabilidades que se truncaron durante el acoso.
Un método útil consiste en: (1) definir el periodo afectado por el acoso (inicio y fin con base probatoria), (2) cuantificar gastos y salarios dejados de percibir en ese lapso, (3) proponer una horquilla para daño moral según parámetros de gravedad y duración, (4) sumar y justificar cada rúbrica en un cuadro económico. Presentar una cifra total coherente, con alternativas (principal y subsidiaria), permite al juzgador modular el importe sin rechazar el conjunto de la pretensión.
Tip de presentación: adjunta un cuadro-resumen con columnas de “concepto”, “base de cálculo”, “importe” y “documento soporte”. La claridad numérica fortalece la viabilidad de la indemnización.
Procedimiento para reclamar: pasos y plazos
La estrategia para obtener una indemnización por mobbing laboral combina vías internas y externas. Primero, activa el protocolo de acoso de la empresa mediante comunicación escrita que describa hechos, fechas y personas implicadas, y solicita medidas preventivas. Paralelamente, valora denunciar ante la Inspección de Trabajo, que puede requerir a la empresa y levantar acta. Si la situación es grave, pide medidas de protección (cambio de centro, separación de equipos, teletrabajo temporal) o acude a la baja médica si lo indica el profesional sanitario.
Si no hay respuesta efectiva, el siguiente paso suele ser la papeleta de conciliación ante el servicio administrativo (SMAC u organismo equivalente) para intentar un acuerdo. Sin acuerdo, se presenta demanda ante el juzgado de lo social, que puede acumular pretensiones: cese del acoso, tutela de derechos fundamentales, indemnización por daños y perjuicios y, en su caso, extinción indemnizada del contrato. En situaciones de urgencia, se pueden pedir medidas cautelares orientadas a proteger la salud y evitar represalias.
Respecto a los plazos, conviene actuar con celeridad. Las acciones de tutela de derechos fundamentales y reclamación de cantidades tienen marcos temporales concretos; las sanciones y otras decisiones empresariales también. Aunque la prescripción varía según la pretensión, la demora complica la prueba y merma la fuerza del caso. Por ello, documenta desde el primer indicio, registra todas tus comunicaciones y no dejes pasar hitos clave como la conciliación y la demanda dentro de los términos legales.
Ruta práctica: escrito interno → Inspección de Trabajo → conciliación (SMAC) → demanda judicial con petición de indemnización y, si procede, extinción indemnizada.
Baja médica, incapacidad y su impacto en la indemnización
El mobbing laboral suele provocar afectaciones a la salud: ansiedad, estrés, trastornos del sueño, depresión, somatizaciones o recaídas en patologías previas. Si un profesional sanitario prescribe baja médica, ese documento sirve de apoyo probatorio del daño y permite un tiempo de recuperación. La baja, por sí sola, no garantiza la indemnización, pero refuerza el nexo causal si se acredita que el origen es el acoso en el trabajo. Conservala junto con informes psicológicos o psiquiátricos, tratamientos y justificantes de gasto.
En casos más severos, puede valorarse la incapacidad temporal prolongada e incluso la incapacidad permanente si persisten secuelas que limitan la capacidad laboral. Ello puede incidir en el cálculo indemnizatorio, al incrementar tanto el daño moral como el perjuicio económico (salarios dejados de percibir, pérdida de expectativas profesionales). Si ha habido recaídas, documenta cada episodio con fechas, diagnósticos y ajustes en el tratamiento.
Es importante coordinar la estrategia médica y jurídica: no renuncies a tratamientos por miedo a “debilitar” el caso; al contrario, seguir pautas profesionales demuestra que actúas para mitigar el daño, requisito que los tribunales valoran. Además, si la empresa presiona para el alta injustificada o asigna tareas incompatibles con tu estado, deja constancia escrita y solicita valoración de riesgos. Todo gasto sanitario, de terapia o medicación que esté conectado con el acoso debe incluirse en la reclamación indemnizatoria con su correspondiente soporte documental.
Claves de impacto: baja médica justificada, informes clínicos, continuidad del tratamiento y trazabilidad de gastos aumentan la solidez de la indemnización por mobbing laboral.
Errores comunes y cómo evitarlos
Un error frecuente es no denunciar por escrito dentro de la empresa, confiando en conversaciones informales o en que “se solucionará solo”. Sin constancia documental, la empresa puede alegar desconocimiento, lo que debilita la reclamación de indemnización por mobbing laboral. Otro fallo es presentar un relato emocional sin anclaje en fechas, documentos o testigos. Los tribunales necesitan patrón, cronología y daños objetivables. Evita igualmente convertir cada discrepancia profesional en “acoso”; selecciona hechos claros y sostenidos en el tiempo.
También es un error permanecer inactivo ante represalias o cambios lesivos sin impugnarlos en plazo. Las modificaciones sustanciales sin causa, sanciones infundadas o traslados estratégicos requieren respuesta rápida y, si procede, medidas cautelares. Igualmente, muchos trabajadores abandonan la terapia o no guardan justificantes de gastos, perdiendo capacidad de acreditar el daño y de cuantificar la indemnización. Por último, aceptar acuerdos de salida sin revisar cláusulas de confidencialidad, renuncias o importes puede cerrar la puerta a reclamaciones posteriores.
- Denuncia interna por escrito y registro de entrada.
- Cronología de hechos con evidencias adjuntas.
- Impugnar decisiones lesivas en plazo.
- Conservar facturas y seguimientos médicos.
- Negociar acuerdos con asesoramiento profesional.
Evita firmar en caliente: pide copia, reflexiona 24–48 horas y valora alternativas (protocolo, Inspección, tutela judicial) antes de cerrar cualquier acuerdo.
Si sigo trabajando: medidas de protección y estrategia
Muchas personas desean continuar en su empleo mientras reclaman indemnización por mobbing laboral. En ese escenario, es crucial proteger tu salud y tu posición procesal. Solicita por escrito medidas organizativas: cambio de responsable directo, separación de equipos, rotación temporal, teletrabajo o espacios de trabajo distintos. Pide evaluaciones específicas de riesgos psicosociales y formación en prevención. Si te asignan objetivos inalcanzables, contesta por escrito proponiendo alternativas razonables y pidiendo aclaraciones para dejar rastro.
Mantén una comunicación profesional, concisa y documentada. Evita confrontaciones verbales sin testigos o en canales informales; utiliza el correo corporativo. Guarda toda la documentación en copias seguras cumpliendo las políticas internas. Si recibes una sanción, valora su impugnación. En paralelo, sigue la hoja de ruta: protocolo interno, Inspección de Trabajo, conciliación y demanda si no hay solución. Tu coherencia en el día a día y la petición reiterada de medidas razonables refuerzan la idea de que el problema no es “tu carácter”, sino un entorno hostil no corregido.
Autocuidado estratégico: combina apoyo clínico, asesoramiento jurídico y gestión del estrés. La indemnización es importante, pero tu salud es prioritaria; estructura descansos, terapia y límites claros.
- Solicita cambios organizativos por escrito.
- Responde a objetivos irrazonables con propuestas factibles.
- Impugna sanciones infundadas con prontitud.
- Preserva la prueba y usa canales formales.
Acuerdos extrajudiciales y negociación
No todos los casos de mobbing terminan en juicio. A veces, la vía más ágil para lograr una indemnización por mobbing laboral es un acuerdo extrajudicial que ponga fin al conflicto con garantías. La negociación debe basarse en un dossier sólido: cronología, evidencias y un cálculo de daños coherente. En la fase de conciliación administrativa (SMAC), la empresa puede proponer importes, reubicaciones o salidas pactadas. Negocia con frialdad, valora escenarios (continuidad con garantías reales, traslado, extinción con indemnización) y evita renuncias generales que te dejen sin protección.
Un buen acuerdo recoge: hechos que no te perjudiquen (o, al menos, ausencia de reconocimiento de culpa), importe desglosado de la compensación, fecha de pago y forma (preferiblemente en un solo plazo o con garantías), tratamiento fiscal previsto, cláusulas de no represalia y, si continúas, medidas organizativas concretas. La confidencialidad puede ser razonable, pero evita que impida denunciar incumplimientos futuros o que te obligue a silenciar vulneraciones graves.
Si la oferta es significativamente inferior a tu cálculo razonado, contrapropón con datos y proponiendo alternativas (pago mixto, formación, outplacement, reconocimiento de antigüedad o de variable). La clave es mantener la capacidad de ir a juicio si el acuerdo no respeta tus derechos. Y recuerda: la rapidez no debe sacrificar la seguridad jurídica; mejor un acuerdo claro y ejecutable que una cifra llamativa pero inviable.
Regla de oro: ningún acuerdo sin revisar borrador completo, calendario de pagos y garantías. La firma en sede de conciliación formaliza y dota de fuerza ejecutiva a lo pactado.
Preguntas frecuentes
¿Cuánto puedo reclamar como indemnización por mobbing laboral? Depende de la gravedad, duración, prueba disponible y daños acreditados. Se reclaman daño moral y perjuicios económicos (salarios, tratamientos, pérdida de oportunidades). Presenta un cuadro de cálculo claro con base documental para sostener la cifra.
¿Necesito testigos para ganar? No son imprescindibles, aunque ayudan. Muchas sentencias se apoyan en documentos, actas de Inspección, correos, cronología y evidencia médica. La coherencia probatoria puede suplir la falta de testigos directos.
¿Puedo seguir trabajando mientras reclamo? Sí. Solicita medidas organizativas por escrito y usa canales formales. Si la situación te afecta a la salud, valora la baja médica. Documentar peticiones razonables fortalece tu caso y protege tu bienestar.
¿Qué pasa si la empresa ofrece un acuerdo rápido? Analiza importes, cláusulas y garantías. Evita renuncias amplias y exige calendario de pago. Un acuerdo en conciliación puede ser eficaz si está bien estructurado.
¿La baja médica asegura la indemnización? No automáticamente, pero refuerza el nexo causal si se asocia al trabajo. Guarda informes, tratamientos y gastos; forman parte de la reclamación de daños.
Resumen final: documenta desde el primer día, activa el protocolo, acude a Inspección, negocia con criterio y, si procede, demanda con un cálculo indemnizatorio sólido. Tu dignidad y salud son prioritarias.