Despido por baja médica: cómo defender tus derechos

Despido por baja médica: cómo defender tus derechos

Publicado el 07 de noviembre de 2025


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Qué es el despido por baja médica

El despido por baja médica es la extinción del contrato de trabajo cuando la persona trabajadora se encuentra en situación de incapacidad temporal (IT) por enfermedad común, accidente no laboral o contingencias profesionales. Aunque popularmente se hable de “despido por estar de baja”, jurídicamente lo relevante es si la causa real del cese es la baja médica en sí —lo que puede vulnerar derechos fundamentales— o si la empresa alega y acredita otros motivos ajenos a la IT. Distinguir ambas situaciones es clave, porque las consecuencias legales cambian de forma sustancial: un cese vinculado a la enfermedad puede llegar a considerarse nulo por discriminatorio, mientras que un despido basado en causas objetivas o disciplinarias reales podría calificarse como procedente o improcedente según la prueba.

En la práctica, muchas empresas intentan sostener razones como bajo rendimiento, reestructuración, o incumplimientos disciplinarios para encubrir la auténtica motivación: prescindir de quien está de baja. Por eso, para defender tus derechos no basta con afirmar que te han despedido mientras estabas de baja; necesitas construir un relato probatorio sólido que conecte fechas, comunicaciones, evaluaciones y decisiones empresariales. La coherencia temporal y documental es el mejor antídoto frente a argumentos genéricos.

Idea clave: si puedes demostrar que el motivo real del despido es tu condición de salud o el hecho de estar de baja médica, podrás solicitar la nulidad del cese, con readmisión y salarios de tramitación.

Defender un caso así requiere un enfoque metódico: recopilar pruebas desde el primer día de la IT, analizar la carta de despido, verificar si la empresa respetó los requisitos formales y materiales, y actuar con rapidez dentro de los plazos. En este artículo encontrarás una guía práctica para entender el marco legal, identificar señales de riesgo, calcular indemnizaciones, y planificar los pasos procesales más efectivos para proteger tu empleo y tu economía.

Señales y pruebas que debes reunir

La diferencia entre ganar y perder un pleito por despido con baja médica suele residir en la prueba. Empieza por guardar toda la documentación clínica y laboral: partes de baja y confirmación, informes médicos, comunicaciones de la mutua o del servicio público de salud, correos electrónicos y mensajes con tu empresa, así como cualquier instrucción recibida sobre tu trabajo durante la IT. Las fechas son esenciales para trazar una línea temporal que muestre la proximidad entre tu baja y el despido, o eventuales presiones, cambios de turno, traslados o evaluaciones negativas injustificadas.

  • Carta de despido: revisa si describe hechos concretos o simples vaguedades.
  • Testigos: compañeros que conozcan presiones o comentarios relacionados con tu salud.
  • WhatsApp/Email: mensajes que evidencien un trato desfavorable desde tu baja.
  • Registros de jornada: útiles si alegan absentismo o bajo rendimiento.
  • Prevención de riesgos: informes que muestren si se valoraron medidas de adaptación.

Tip probatorio: organiza todo en una cronología: fecha de baja, revisiones, comunicaciones empresariales, propuestas de adaptación (si las hubo) y fecha del despido. Una línea temporal clara convence y facilita la labor del juzgado.

Evita manipular mensajes o crear pruebas “a posteriori”. Si temes la pérdida de documentos, realiza copias de seguridad y descarga tus partes médicos desde las plataformas oficiales. Si la empresa controla tu correo laboral, utiliza un canal personal para salvaguardar evidencias, siempre respetando la legalidad y la confidencialidad. Tener un expediente de prueba sólido antes de acudir a conciliación aumenta tu capacidad de negociación y mejora la posibilidad de obtener una indemnización justa o una readmisión con garantías.

Tipos de despido y sus efectos

Existen tres grandes vías: disciplinario, objetivo y colectivo. El disciplinario se apoya en incumplimientos graves (por ejemplo, transgresión de la buena fe o indisciplina) y no lleva indemnización si es procedente; el objetivo se fundamenta en causas económicas, técnicas, organizativas o productivas, o en ineptitud sobrevenida o falta de adaptación acreditada, y exige preaviso e indemnización mínima de entrada; el colectivo (ERE) sigue un procedimiento específico por número de afectados y causas estructurales.

La calificación judicial determina las consecuencias: si el despido es procedente, se mantiene la extinción y, según el tipo, se confirma o ajusta la indemnización; si es improcedente, la empresa debe optar entre readmitir (con salarios de tramitación) o indemnizar; si es nulo, procede la readmisión inmediata con abono de salarios de tramitación. En el contexto de baja médica, la nulidad cobra especial relevancia cuando se acredita un móvil discriminatorio vinculado a la salud o represalia por ejercer derechos.

  • Disciplinario: requiere hechos concretos y probados; si no, suele terminar en improcedencia.
  • Objetivo: exige causas reales y documentación; la baja no puede ser el motivo encubierto.
  • Nulidad: cuando hay lesión de derechos fundamentales; supone readmisión.

Estrategia: impugnar buscando la nulidad si existen indicios de discriminación; subsidiariamente, la improcedencia, maximizando tu posición negociadora.

Pasos inmediatos tras la carta de despido

El tiempo es oro: dispones de 20 días hábiles para impugnar el despido. El primer paso es presentar la papeleta de conciliación ante el servicio de mediación correspondiente (por ejemplo, SMAC). Prepara un relato claro, adjunta la documentación clave y define tus pretensiones (nulidad o improcedencia, salarios e indemnización). Paralelamente, solicita la prestación por desempleo si cumples requisitos: aunque impugnes, no tienes por qué renunciar a la protección económica durante el proceso.

  • Revisa la carta: identifica fechas, hechos y anexos.
  • Calcula plazos: anota el día de notificación y descuenta festivos.
  • Reúne pruebas: cronología, partes de baja, comunicaciones internas.
  • Asesoramiento: consulta con un profesional para definir estrategia.

Checklist exprés: papeleta de conciliación en plazo, solicitud de paro, conservación de evidencias, análisis de opciones (acuerdo vs. juicio).

En conciliación, mantén objetivos realistas: si existen indicios claros de discriminación por baja médica, plantea la nulidad y una posible readmisión; si prefieres terminar la relación, negocia una indemnización acorde al riesgo de la empresa en juicio. Si no hay acuerdo, el asunto pasa al Juzgado de lo Social, donde se celebrará el juicio con práctica de prueba: documental, testifical y, en su caso, pericial médica.

Cálculo de indemnización y salarios

Para estimar la indemnización por despido improcedente se computan los años de servicio y el salario regulador. Tras las reformas, el tramo general se calcula a razón de 33 días por año trabajado con límites máximos; los periodos anteriores a ciertos hitos normativos pueden devengar 45 días por año con topes específicos. En despido objetivo procedente, la indemnización mínima es inferior, y en disciplinario procedente no hay indemnización. Si el despido es nulo y se ordena la readmisión, además de recuperar el puesto percibirás los salarios de tramitación desde la fecha del cese hasta la readmisión efectiva.

  • Salario regulador: incluye conceptos salariales habituales y prorratas de pagas extra.
  • Antigüedad: acredita con contrato, nóminas y vida laboral.
  • Topes legales: pueden limitar la cuantía final; conviene simular varios escenarios.

Consejo práctico: prepara una hoja de cálculo con salario diario, días por año y antigüedad por tramos. Lleva esa cifra a conciliación para negociar con datos.

No olvides los posibles intereses y las costas según el resultado del litigio y las normas procesales aplicables. Si pactas un acuerdo, exige que se detalle la naturaleza de las cantidades (indemnizatoria vs. salarial) por su impacto fiscal y de Seguridad Social. Un cálculo fino evita sorpresas y refuerza tu posición negociadora tanto en el SMAC como en el juicio.

Conciliación y juicio: estrategia procesal

La estrategia se construye a partir de tu objetivo: ¿readmisión o indemnización? Si el caso apunta a nulidad por discriminación relacionada con la baja médica, pon el énfasis en indicios sólidos (cronología, comentarios o decisiones empresariales ligados a tu estado de salud) y solicita medidas probatorias para que la empresa aporte documentación interna (evaluaciones, correos, criterios de reorganización). Si la vía más realista es la improcedencia, centra el tiro en desmontar la carta de despido: falta de hechos concretos, ausencia de proporcionalidad, inexistencia de causas objetivas o defectos formales.

  • Antes del SMAC: define tu BATNA (mejor alternativa sin acuerdo) y tu cifra mínima.
  • En juicio: cuida la coherencia del relato, evita contradicciones y prepara testigos.
  • Pericial médica: puede reforzar la conexión entre tu estado de salud y decisiones empresariales.

Clave: solicita la inversión de la carga de la prueba si acreditas indicios de vulneración de derechos fundamentales; obligará a la empresa a justificar su decisión con mayor rigor.

Una preparación metódica, con escritos claros y pruebas ordenadas, incrementa las posibilidades de un resultado favorable. Recuerda que la mejor defensa comienza el día que recibes la carta de despido y que cada paso cuenta para convencer al juzgado.

Errores comunes y consejos prácticos

En los despidos relacionados con baja médica, muchos casos se debilitan por errores evitables. El más frecuente es dejar pasar los plazos: los 20 días hábiles vuelan y cualquier confusión con festivos puede ser fatal. Otro error es acudir a conciliación sin una estrategia numérica (indemnización mínima, escenarios de riesgo) o sin un expediente probatorio ordenado. También perjudica mezclar conversaciones informales con la empresa sin dejar rastro escrito, o aceptar propuestas sin recibo ni detalle contractual.

  • No archivar copias de partes médicos y comunicaciones internas.
  • No pedir por escrito las razones de cambios de puesto o evaluaciones negativas.
  • Confiar en “me dijeron” en vez de apostar por evidencias objetivas.
  • Descuidar el impacto fiscal de lo pactado.

Buenas prácticas: cronología detallada, carpeta de pruebas, simulación de indemnización, y asesoramiento especializado desde el inicio.

Por último, cuida tu salud: mantén la comunicación con tu médico, cumple las revisiones y respeta las indicaciones clínicas. Estar de baja no solo es un derecho, también una responsabilidad cuyo cumplimiento te aporta credibilidad ante el juzgado.

Preguntas frecuentes

¿Pueden despedirme estando de baja médica? Estar de baja no impide el despido por otras causas reales y acreditadas; lo que no es lícito es cesarte por el mero hecho de estar de baja o por motivos discriminatorios ligados a tu salud.

¿Qué plazo tengo para impugnar? 20 días hábiles desde la fecha de efectos o notificación. Antes de demandar, debes presentar la papeleta de conciliación.

¿Qué puedo reclamar? La nulidad (readmisión y salarios de tramitación) si hay vulneración de derechos fundamentales, o la improcedencia con indemnización adecuada.

¿Qué pruebas son útiles? Carta de despido, partes médicos, comunicaciones internas, testigos y cualquier documento que conecte tu baja con la decisión empresarial.

¿Puedo cobrar el paro si impugno? Sí, si reúnes requisitos. La impugnación no te impide solicitar la prestación por desempleo.