
Derechos laborales al cambiar de empresa por subrogación
Publicado el 12 de mayo de 2025
📖 Tiempo estimado de lectura: 23 min
Índice
- Introducción a la subrogación laboral
- ¿Qué es la subrogación laboral?
- Derechos del trabajador al cambiar de empresa
- Procedimiento de subrogación de empresa
- Responsabilidades del nuevo empleador
- Impacto de la subrogación en los contratos de trabajo
- Modificaciones en las condiciones laborales
- Subrogación en el sector público
- Protección de los derechos laborales en la subrogación
- Conflictos laborales derivados de la subrogación
- Preguntas Frecuentes
- Conclusión sobre la subrogación laboral
Introducción a la subrogación laboral
La subrogación laboral es un proceso jurídico en el cual un trabajador que pertenece a una empresa es trasladado a otra, debido a la transmisión de la actividad o la cesión de la empresa. Este fenómeno tiene lugar con frecuencia cuando las empresas cambian de propiedad, cuando se realiza una externalización de servicios o en situaciones de reorganización empresarial.
En términos legales, la subrogación laboral permite que los derechos laborales del trabajador se conserven intactos, incluso cuando el empleador cambia. Es decir, el trabajador mantiene su antigüedad, salario y condiciones laborales, sin que el cambio de empresa afecte sus derechos. Sin embargo, este proceso está sujeto a una normativa específica que regula cómo debe llevarse a cabo, tanto en el sector público como en el privado.
La subrogación laboral busca garantizar la estabilidad laboral de los trabajadores, evitando que estos pierdan sus derechos tras el cambio de empresa. Es un proceso que, si bien ofrece protección, también presenta ciertos desafíos, tanto para los empleados como para los empleadores, especialmente en cuanto a la adaptación a las nuevas condiciones de trabajo y la gestión de la transición.
En este artículo, exploraremos cómo se lleva a cabo este proceso, qué derechos se mantienen al cambiar de empresa por subrogación y cómo la legislación protege a los trabajadores en este tipo de situaciones. También analizaremos los diferentes tipos de subrogación y los aspectos legales que deben tenerse en cuenta tanto por los trabajadores como por las empresas.
Es importante señalar que, aunque el proceso de subrogación puede variar según el país o la legislación local, existen principios fundamentales que son comunes en la mayoría de los sistemas jurídicos. El objetivo de esta sección es proporcionar una visión general de qué implica la subrogación laboral y por qué es crucial para los trabajadores en la transición de una empresa a otra.
¿Qué es la subrogación laboral?
La subrogación laboral es un mecanismo legal que permite que los trabajadores mantengan sus derechos laborales intactos, incluso cuando la empresa en la que trabajan cambia de propietario o es transferida a otra entidad. Este proceso asegura que los empleados sigan trabajando bajo las mismas condiciones laborales y que sus derechos, como la antigüedad y el salario, no se vean afectados por el cambio de empleador.
En términos sencillos, la subrogación laboral se refiere a la continuidad del contrato de trabajo de un empleado, incluso cuando la empresa que lo emplea es traspasada a otro propietario o cuando se produce una cesión de la actividad empresarial. A través de este mecanismo, los trabajadores no deben volver a firmar un nuevo contrato, ya que se preservan los términos y condiciones del contrato original.
Esta figura legal se utiliza comúnmente en casos de fusiones y adquisiciones empresariales, externalización de servicios o traspasos de actividades dentro de una empresa. Gracias a la subrogación, se asegura la estabilidad laboral de los empleados y se evita que pierdan sus derechos laborales esenciales, incluso si las condiciones de la empresa cambian.
Es importante destacar que la subrogación laboral no solo beneficia a los trabajadores, sino también a las empresas que adquieren o heredan la actividad. Este proceso les permite integrar a los trabajadores en su estructura sin tener que negociar nuevos contratos individuales, lo que facilita la continuidad de la actividad y reduce la carga administrativa.
Sin embargo, la subrogación laboral está sujeta a un marco normativo específico que regula cómo debe ejecutarse, para garantizar que se respeten los derechos de los trabajadores. Las leyes varían dependiendo del país, pero en general, se exige que el proceso sea transparente y que se comuniquen adecuadamente los cambios a los empleados.
En resumen, la subrogación laboral es una herramienta legal que protege tanto a los empleados como a los empleadores durante un proceso de cambio empresarial, asegurando la preservación de los derechos laborales y facilitando la transición de una empresa a otra sin interrupciones en el contrato de trabajo.
Derechos del trabajador al cambiar de empresa
Cuando un trabajador cambia de empresa debido a un proceso de subrogación laboral, sus derechos laborales deben ser preservados. La subrogación asegura que el trabajador mantenga sus condiciones laborales, como su salario, antigüedad y prestaciones, sin sufrir perjuicios por el cambio de empleador. Estos derechos están protegidos por la legislación laboral y deben ser respetados por el nuevo empleador.
Uno de los principales derechos que se preserva en la subrogación laboral es la antigüedad del trabajador. Esto significa que el tiempo trabajado en la empresa anterior se reconoce en la nueva empresa, lo que garantiza que el trabajador siga acumulando años de servicio y los beneficios que esto conlleva, como la estabilidad laboral y las indemnizaciones por despido.
Además de la antigüedad, el trabajador conserva su salario y condiciones laborales, como las horas de trabajo, la categoría profesional, y las condiciones de seguridad y salud laboral. El nuevo empleador debe mantener estas condiciones, a menos que se llegue a un acuerdo con el trabajador para modificarlas, siempre respetando la normativa laboral vigente.
También es importante señalar que el trabajador no puede ser despedido por el simple hecho de que su empresa haya cambiado. Cualquier despido debe basarse en causas legales y justificadas, y el trabajador tiene derecho a recibir una indemnización si es despedido de manera improcedente.
En cuanto a los derechos sindicales, si el trabajador está afiliado a un sindicato, estos derechos también deben ser respetados durante el proceso de subrogación. El nuevo empleador no puede influir en la libertad de asociación sindical ni modificar los acuerdos o convenios colectivos a los que el trabajador estuviera sometido en su empresa anterior.
En resumen, el proceso de subrogación laboral asegura que el trabajador mantenga sus derechos fundamentales, independientemente de que cambie de empresa. La normativa protege tanto su antigüedad como sus condiciones laborales, garantizando que el proceso sea transparente y justo para los empleados involucrados.
Procedimiento de subrogación de empresa
El procedimiento de subrogación laboral es un proceso regulado por la legislación que garantiza la transferencia de los derechos laborales de los trabajadores cuando una empresa cambia de propietario o cuando una actividad es cedida a otra empresa. Este proceso debe seguir ciertos pasos para asegurar que se respeten los derechos de los empleados y se facilite la transición sin causar perjuicios laborales.
El primer paso en el procedimiento de subrogación es la notificación formal a los empleados. La empresa transmitente debe informar a los trabajadores sobre el traspaso de la actividad y los detalles del nuevo empleador. Esta notificación debe hacerse con antelación para que los trabajadores puedan estar al tanto de la situación y plantear cualquier duda o preocupación que tengan.
A continuación, la empresa entrante, es decir, el nuevo empleador, asume las condiciones laborales de los trabajadores. Este proceso no requiere que los empleados firmen un nuevo contrato de trabajo, ya que los derechos adquiridos previamente se mantienen. La antigüedad, el salario y las condiciones laborales de los trabajadores deben mantenerse sin cambios, salvo que haya acuerdo mutuo para modificarlos.
Es importante que durante este procedimiento se respeten los convenios colectivos y las condiciones acordadas en los contratos laborales. Si el nuevo empleador desea realizar alguna modificación en las condiciones laborales, como cambios en el salario o en las jornadas de trabajo, deberá obtener el consentimiento de los empleados, siempre respetando la legislación laboral vigente.
Otro aspecto relevante del procedimiento de subrogación es la conservación de los derechos sindicales. Los trabajadores que pertenezcan a un sindicato mantendrán su afiliación y sus derechos colectivos sin que el cambio de empresa afecte esta situación. Además, el nuevo empleador debe reconocer los acuerdos sindicales previos y continuar con el cumplimiento de los mismos.
Finalmente, en caso de que surjan desacuerdos durante el proceso de subrogación, los trabajadores tienen derecho a recurrir a los tribunales laborales para que se respeten sus derechos. El proceso debe ser transparente y seguir las normativas específicas para evitar conflictos y garantizar que se protejan los derechos de los trabajadores.
Responsabilidades del nuevo empleador
Cuando una empresa asume una actividad a través de un proceso de subrogación, el nuevo empleador tiene una serie de responsabilidades legales y laborales que debe cumplir. Estas responsabilidades son esenciales para garantizar que los derechos de los trabajadores se mantengan intactos durante la transición y que no se vean perjudicados por el cambio de empresa.
Una de las principales responsabilidades del nuevo empleador es mantener las condiciones laborales previas del trabajador. Esto incluye respetar el salario, las horas de trabajo, las condiciones de seguridad laboral y la antigüedad del empleado. El nuevo empleador no puede modificar estas condiciones sin el consentimiento del trabajador, a menos que existan razones legales o un acuerdo mutuo para hacerlo.
El nuevo empleador también tiene la responsabilidad de respetar los convenios colectivos que estaban en vigor en la empresa anterior. Si existía un acuerdo sindical o un convenio colectivo, el nuevo empleador debe adherirse a estos acuerdos, protegiendo los derechos laborales establecidos en ellos.
Además de respetar las condiciones laborales y los acuerdos existentes, el nuevo empleador también es responsable de la integración de los trabajadores en su estructura organizativa. Esto implica garantizar que los empleados reciban la formación necesaria para adaptarse a los nuevos procesos y a la cultura organizacional de la empresa entrante. La integración debe ser lo más fluida posible, sin alterar los derechos laborales de los trabajadores.
Otra de las responsabilidades clave del nuevo empleador es mantener la estabilidad laboral de los trabajadores. El nuevo empleador no puede despedir a los empleados solo por el hecho de que se haya producido un cambio de empresa. Cualquier despido debe basarse en causas justificadas y cumplir con las normativas laborales pertinentes. Los despidos improcedentes pueden dar lugar a reclamaciones judiciales por parte de los empleados.
Por último, el nuevo empleador tiene la obligación de cumplir con todas las normativas laborales y de seguridad social. Esto incluye garantizar que los empleados tengan acceso a sus derechos sociales, como la cotización para la pensión, la salud y otros beneficios, sin que el proceso de subrogación afecte su situación en estos aspectos.
Impacto de la subrogación en los contratos de trabajo
La subrogación laboral tiene un impacto directo en los contratos de trabajo de los empleados afectados. Este proceso implica la transferencia de los derechos y las obligaciones de los trabajadores a un nuevo empleador, sin necesidad de firmar un nuevo contrato. Sin embargo, el impacto varía según las circunstancias y la legislación local que regule el proceso.
Uno de los efectos más importantes de la subrogación es que los contratos de trabajo no se extinguen. Los trabajadores mantienen las condiciones de su contrato original, incluyendo salario, antigüedad, y beneficios sociales. Además, se preservan los derechos adquiridos, lo que significa que el nuevo empleador debe respetar los acuerdos previos establecidos en los contratos laborales.
Este mantenimiento de las condiciones contractuales se extiende también a los convenios colectivos y acuerdos sindicales, que siguen siendo de aplicación, y cualquier cambio en las condiciones laborales debe ser acordado por ambas partes, es decir, tanto por el trabajador como por el nuevo empleador. De no ser así, se podría estar violando la ley.
Además, aunque no sea necesario firmar un nuevo contrato, es posible que los empleados tengan que firmar una notificación o un acuerdo que confirme que su relación laboral sigue vigente con el nuevo empleador bajo las mismas condiciones. Esto ayuda a formalizar el proceso y asegurar que ambas partes entienden y aceptan las condiciones establecidas.
En el caso de que el nuevo empleador decida modificar alguna de las condiciones del contrato, como el salario o la jornada laboral, debe asegurarse de que esos cambios sean negociados y aceptados por el trabajador, siempre respetando las leyes laborales locales. En este sentido, cualquier alteración en las condiciones laborales debe ser legalmente justificada y realizada con el consentimiento del trabajador.
En resumen, la subrogación de empresa garantiza que los contratos de trabajo se mantengan sin cambios en cuanto a los términos fundamentales, salvo que exista un acuerdo explícito entre ambas partes. El nuevo empleador asume las responsabilidades inherentes al contrato y debe respetar los derechos adquiridos por los trabajadores, mientras que estos continúan con sus contratos bajo los mismos términos establecidos previamente.
Modificaciones en las condiciones laborales
Cuando se produce una subrogación laboral, el nuevo empleador asume las condiciones laborales previamente acordadas. Sin embargo, pueden surgir situaciones en las que se desee modificar las condiciones laborales de los trabajadores. En este contexto, es fundamental entender las normativas que rigen estas modificaciones y las circunstancias bajo las cuales son legales.
En general, las condiciones laborales no pueden modificarse unilateralmente por el nuevo empleador. Las condiciones relativas al salario, la jornada laboral, la categoría profesional, y otros aspectos fundamentales del contrato deben mantenerse, a menos que se dé un acuerdo explícito entre el trabajador y el nuevo empleador. Este acuerdo debe ser voluntario y reflejar una negociación que se haga bajo los términos establecidos por la ley.
Cualquier intento de modificar las condiciones laborales sin el consentimiento del trabajador podría considerarse una violación de sus derechos, y el trabajador tendría derecho a impugnar la modificación ante los tribunales laborales. De hecho, la subrogación se basa en la preservación de los derechos adquiridos, lo que implica que no se puede hacer ningún cambio sin una justificación adecuada.
Existen excepciones, en los casos en que haya razones objetivas para modificar ciertas condiciones laborales. Por ejemplo, si hay cambios en la actividad de la empresa que impliquen ajustes en las tareas de los trabajadores, o si la modificación se encuentra justificada por razones económicas, organizativas o técnicas. No obstante, estas modificaciones deben cumplir con las normativas legales y ser negociadas de manera adecuada.
Además, si un trabajador está afiliado a un sindicato o está cubierto por un convenio colectivo, cualquier modificación debe ser negociada a través de los canales establecidos. En muchos casos, los sindicatos tienen un papel importante en la protección de los derechos laborales y en la negociación de cambios que puedan afectar a los trabajadores.
En resumen, las modificaciones en las condiciones laborales tras una subrogación deben manejarse con cuidado y respetando los derechos de los trabajadores. Cualquier cambio debe ser legalmente justificado y realizado de manera consensuada, para evitar conflictos y garantizar una transición laboral justa y respetuosa.
Subrogación en el sector público
La subrogación laboral no solo se aplica en el ámbito privado, sino que también tiene implicaciones importantes en el sector público. En este contexto, la subrogación se refiere al traspaso de los derechos y deberes laborales de los trabajadores cuando una actividad o servicio público es asumido por una nueva entidad, como puede ocurrir en procesos de privatización o externalización de servicios.
En el sector público, la subrogación está regulada de forma similar a como se lleva a cabo en el sector privado, pero existen ciertas particularidades. Los empleados públicos tienen derechos protegidos por normas específicas que deben ser respetadas durante cualquier proceso de subrogación. Uno de los principales aspectos que se preservan es la estabilidad en el empleo, la cual no se ve afectada por el traspaso de la gestión de un servicio público a otra entidad.
Cuando se realiza una subrogación en el sector público, los trabajadores no deben perder sus derechos adquiridos, tales como la antigüedad, las condiciones salariales o los beneficios sociales. Además, el nuevo empleador (ya sea una entidad privada o una nueva administración pública) debe asumir la responsabilidad de garantizar la continuidad del contrato de trabajo bajo los mismos términos establecidos previamente.
En muchos casos, la subrogación en el sector público también implica una adaptación a las nuevas normativas y procedimientos internos de la entidad que asume la actividad o servicio. Esto puede generar una reestructuración de los equipos de trabajo, pero sin modificar los derechos laborales de los empleados. Las modificaciones en las condiciones laborales, como cambios en la jornada de trabajo o el salario, deben ser negociadas con los trabajadores o sus representantes sindicales.
Además, en el sector público, la subrogación se ve influida por la legislación que regula el empleo público y los convenios colectivos del sector. Estos acuerdos protegen a los empleados de posibles abusos y aseguran que los derechos de los trabajadores se mantengan durante todo el proceso. En situaciones de externalización, el nuevo contratista debe cumplir con todas las condiciones establecidas por el contrato público y garantizar que se respeten los derechos laborales de los empleados transferidos.
En resumen, la subrogación en el sector público es un proceso que busca garantizar la continuidad de los derechos laborales de los trabajadores, incluso cuando se producen cambios en la gestión de los servicios públicos. Las entidades involucradas en este proceso deben cumplir con la normativa vigente y asegurarse de que los empleados no vean perjudicados sus derechos laborales y sociales.
Protección de los derechos laborales en la subrogación
La subrogación laboral es un proceso fundamental para garantizar que los derechos laborales de los empleados no se vean afectados cuando cambia el empleador. Esto es especialmente importante en situaciones como fusiones, adquisiciones, o externalizaciones de servicios, donde los trabajadores podrían temer que sus condiciones de trabajo cambien o que pierdan algunos de sus derechos adquiridos. Sin embargo, la ley establece una serie de protecciones para asegurar que estos derechos sean respetados durante el proceso de subrogación.
La legislación en la mayoría de los países exige que los derechos laborales sean protegidos en su totalidad durante la subrogación. Los trabajadores mantienen su antigüedad, salario y otros beneficios adquiridos. Además, el nuevo empleador debe respetar los acuerdos colectivos existentes y cualquier convenio laboral que estuviera vigente en la empresa anterior. Esto garantiza la continuidad en las condiciones laborales, protegiendo a los empleados de posibles modificaciones injustificadas.
En el caso de que el nuevo empleador decida modificar alguna de las condiciones laborales, como el salario o la jornada laboral, estas modificaciones deben ser negociadas y aceptadas por los trabajadores o sus representantes sindicales. Sin embargo, cualquier cambio que afecte a derechos fundamentales solo puede realizarse bajo circunstancias específicas y debe cumplir con la legislación vigente.
Además de la protección de las condiciones laborales, los derechos relacionados con la seguridad social, las pensiones y las indemnizaciones por despido también deben ser preservados. Si un trabajador fuera despedido como consecuencia directa de la subrogación o de las modificaciones en su entorno laboral, tendría derecho a una indemnización adecuada, de acuerdo con la ley.
Un aspecto importante en la protección de los derechos laborales en la subrogación es el respeto a la libertad sindical. Los trabajadores no deben perder sus derechos sindicales como resultado de la transferencia de empleo. El nuevo empleador debe reconocer y respetar la afiliación sindical de los trabajadores, así como los acuerdos existentes entre los sindicatos y la empresa anterior.
En resumen, la protección de los derechos laborales en el proceso de subrogación es clave para garantizar que los trabajadores no pierdan los beneficios adquiridos y que sus condiciones laborales no se vean deterioradas. Las leyes y regulaciones laborales están diseñadas para proteger a los empleados durante este tipo de cambios empresariales, asegurando su estabilidad y el respeto a sus derechos fundamentales.
Conflictos laborales derivados de la subrogación
La subrogación laboral, aunque busca proteger los derechos de los trabajadores, no está exenta de generar conflictos entre los empleados y los nuevos empleadores. Estos conflictos pueden surgir por diversas razones, como el incumplimiento de los derechos laborales, la modificación de condiciones contractuales sin el consentimiento de los trabajadores, o la falta de información adecuada durante el proceso de subrogación. Es crucial que tanto las empresas como los trabajadores comprendan sus derechos y responsabilidades para minimizar estos desacuerdos.
Uno de los principales conflictos que puede surgir es la disputa sobre las condiciones laborales. Si el nuevo empleador decide modificar las condiciones previamente acordadas, como el salario o el horario de trabajo, sin la debida justificación o acuerdo con los empleados, esto puede generar malestar y conflictos. Los trabajadores tienen derecho a mantener sus condiciones sin cambios, salvo que exista una causa justificada o que se haya acordado un cambio mutuo.
Otro conflicto común es la incertidumbre sobre los derechos adquiridos, como la antigüedad y las prestaciones. A menudo, los trabajadores temen que el cambio de empresa afecte estos derechos, lo que puede generar tensiones. En este sentido, es fundamental que el nuevo empleador respete los términos acordados en los contratos laborales anteriores, garantizando que los empleados no pierdan beneficios ya adquiridos.
Los conflictos también pueden derivar de la falta de comunicación y transparencia durante el proceso de subrogación. Si los empleados no reciben la información adecuada sobre el cambio de empresa y los términos que se aplican, es probable que surjan malentendidos. Por lo tanto, la correcta gestión de la comunicación entre las partes involucradas es clave para evitar tensiones y resolver disputas de manera efectiva.
Cuando se presentan estos conflictos, es fundamental que las partes involucradas busquen la resolución de manera amigable antes de que se escale el problema. En muchos casos, la mediación laboral o la intervención de sindicatos pueden ser una solución eficaz para resolver disputas sin necesidad de recurrir a procesos judiciales.
Si los conflictos no se resuelven mediante negociación, los trabajadores tienen derecho a presentar una reclamación ante los tribunales laborales, donde se evaluarán los casos conforme a la legislación vigente. La ley protege los derechos de los empleados y asegura que cualquier acción tomada por el nuevo empleador esté dentro de los marcos legales establecidos para la subrogación laboral.
Preguntas Frecuentes
La subrogación laboral puede generar muchas dudas entre los trabajadores y empleadores. A continuación, hemos recopilado algunas de las preguntas más comunes relacionadas con este proceso, con el fin de proporcionar claridad sobre cómo funciona y qué derechos y responsabilidades existen para ambas partes.
1. ¿Qué es la subrogación laboral?
La subrogación laboral es el proceso por el cual los derechos y obligaciones laborales de los empleados son transferidos a un nuevo empleador, generalmente en casos de cambio de propiedad de la empresa o externalización de servicios. El trabajador sigue bajo el mismo contrato y condiciones previas, aunque con un nuevo empleador.
2. ¿Pierdo mis derechos laborales si mi empresa es subrogada?
No, los derechos laborales no se pierden con la subrogación. El nuevo empleador debe respetar todos los derechos adquiridos, como la antigüedad, el salario, y las condiciones laborales establecidas previamente. Las condiciones del contrato original deben mantenerse sin cambios, salvo que haya un acuerdo mutuo para modificarlas.
3. ¿Puedo ser despedido durante el proceso de subrogación?
No, no puedes ser despedido solo por el hecho de que tu empresa haya cambiado de propietario. Los despidos durante el proceso de subrogación solo pueden realizarse por causas legales y justificadas. Si un despido es considerado improcedente, el trabajador tiene derecho a recibir una indemnización.
4. ¿Qué pasa con los convenios colectivos durante la subrogación?
Los convenios colectivos existentes en la empresa original siguen siendo aplicables después de la subrogación. El nuevo empleador debe respetar los acuerdos establecidos en estos convenios, a menos que se lleguen a nuevos acuerdos con los trabajadores o sus representantes sindicales.
5. ¿Qué sucede si no estoy de acuerdo con las condiciones tras la subrogación?
Si no estás de acuerdo con las condiciones tras la subrogación, tienes derecho a plantear una reclamación. Si no se alcanza un acuerdo, puedes recurrir a los tribunales laborales para resolver la disputa. Es fundamental que cualquier cambio en las condiciones laborales sea acordado y justificado legalmente.
Conclusión sobre la subrogación laboral
La subrogación laboral es un proceso legal fundamental para garantizar la continuidad de los derechos laborales de los trabajadores cuando se produce un cambio en el empleador, ya sea por la transferencia de la empresa, una fusión, o una externalización de servicios. A través de este proceso, los empleados mantienen sus condiciones contractuales previas, como el salario, la antigüedad, y los beneficios, sin que se vean perjudicados por el cambio de empresa.
Aunque la subrogación laboral ofrece una importante protección para los trabajadores, también puede generar ciertos conflictos y desafíos, tanto para los empleados como para los empleadores. Es crucial que las partes involucradas estén bien informadas sobre sus derechos y responsabilidades, y que se respete la normativa laboral vigente para evitar malentendidos o disputas.
Uno de los aspectos más destacados de la subrogación es la preservación de los derechos adquiridos, como la antigüedad, las condiciones laborales y los convenios colectivos. Sin embargo, cualquier modificación en las condiciones laborales debe ser negociada y acordada entre el trabajador y el nuevo empleador, siempre bajo los términos de la ley.
En resumen, la subrogación laboral es un proceso que busca mantener la estabilidad laboral de los empleados durante un cambio de empleador. Aunque no está exento de posibles conflictos, cuando se maneja adecuadamente y se respetan los derechos de todas las partes, puede ser un proceso beneficioso tanto para los trabajadores como para las empresas que asumen la actividad. La clave está en la comunicación, el respeto mutuo y el cumplimiento de las leyes laborales aplicables.
Para asegurar que la subrogación se lleve a cabo de manera justa y eficaz, tanto empleadores como empleados deben estar preparados para abordar cualquier conflicto de manera constructiva, buscando siempre la resolución amigable a través de la negociación y, cuando sea necesario, la intervención de los tribunales laborales.