Despido durante, después y tras una baja laboral

Despido durante, después y tras una baja laboral

Publicado el 22 de junio de 2025


📖 Tiempo estimado de lectura: 20 min

Introducción

El despido durante o después de una baja laboral es una situación que genera muchas dudas legales, emocionales y laborales entre los trabajadores. En España, el marco jurídico establece límites claros para evitar abusos por parte de las empresas, pero al mismo tiempo existen escenarios complejos que deben ser analizados caso por caso. En esta guía exploramos en profundidad qué implica un despido mientras se está de baja médica, qué derechos asisten al trabajador, y cómo actuar ante esta situación para protegerse legalmente.

Las bajas laborales, ya sean por motivos físicos o psicológicos, están protegidas por la normativa laboral. Sin embargo, no implican una inmunidad total frente al despido. Muchas personas creen erróneamente que no se puede prescindir de un empleado en situación de incapacidad temporal, pero lo cierto es que el despido es posible si está debidamente justificado y no vulnera derechos fundamentales. Esta línea fina entre lo legal y lo discriminatorio es donde surgen la mayoría de los conflictos.

En este artículo abordaremos desde un punto de vista experto y accesible las claves para comprender:

  • Si es legal o no despedir a un trabajador durante una baja laboral.
  • Qué circunstancias justifican un despido en estas condiciones.
  • Qué hacer si sospechas que tu despido es nulo o improcedente.
  • Qué indemnización podrías reclamar y en qué plazos.

Es fundamental entender que no todos los despidos durante una baja médica son ilegales, pero muchos sí pueden ser considerados nulos o improcedentes si se demuestra que la causa real es la propia situación de baja. Por ello, es clave recopilar pruebas, entender tus derechos y actuar rápidamente.

Esta guía está pensada para ayudarte a identificar los escenarios más comunes, saber cómo responder ante un despido y cuándo buscar asesoramiento legal especializado. Porque estar de baja no debe suponer un riesgo añadido para tu estabilidad laboral. Conocer tus derechos es el primer paso para defenderlos.

Despido durante la baja laboral

Estar de baja médica no implica una protección absoluta frente al despido, aunque sí establece ciertos límites legales que protegen al trabajador frente a decisiones empresariales arbitrarias o discriminatorias. En España, la legislación laboral permite el despido durante una baja siempre que no exista vulneración de derechos fundamentales ni discriminación por razón del estado de salud del empleado.

El despido debe basarse en causas objetivas o disciplinarias justificadas, como un bajo rendimiento comprobado, incumplimientos graves del contrato, motivos económicos o productivos, entre otros. Lo que la ley prohíbe expresamente es despedir a un trabajador simplemente por encontrarse en situación de incapacidad temporal, ya que esto puede considerarse un despido nulo por discriminación.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) y diversos tribunales españoles han señalado que el despido basado directa o indirectamente en la situación de baja médica puede constituir una forma de discriminación por razón de discapacidad, y por tanto, ser declarado nulo con readmisión inmediata del trabajador.

Para que el despido durante una baja sea considerado procedente, la empresa debe justificarlo de forma clara y objetiva, y aportar pruebas suficientes que respalden los motivos alegados. En caso contrario, el trabajador puede impugnar el despido ante los tribunales laborales.

  • Si el despido es considerado improcedente, el trabajador tendrá derecho a indemnización o a la readmisión.
  • Si es declarado nulo, deberá ser reincorporado inmediatamente con abono de salarios de tramitación.
  • El plazo para reclamar es de solo 20 días hábiles desde la notificación del despido.

En resumen, aunque es legalmente posible despedir a un trabajador durante una baja médica, no cualquier motivo es válido. El empresario debe demostrar que el despido no está relacionado con el estado de salud del empleado, y en caso de duda, los tribunales tienden a favorecer al trabajador para evitar situaciones de abuso o discriminación encubierta.

Despido después de la baja

Una vez finaliza el período de incapacidad temporal y el trabajador se reincorpora a su puesto, muchas empresas aprovechan el momento para llevar a cabo un despido. Aunque ya no se encuentra de baja médica, la cercanía entre la reincorporación y el cese del contrato genera dudas legales importantes sobre la legitimidad del despido. Es fundamental conocer en qué condiciones puede producirse un despido tras una baja y qué mecanismos existen para proteger al trabajador ante posibles abusos.

La normativa laboral española no impide un despido posterior a una baja médica, pero exige que esté fundamentado en causas objetivas o disciplinarias, totalmente ajenas a la situación de salud del empleado. Cualquier indicio de que el motivo real es la reciente baja podría suponer una vulneración de derechos y, por tanto, un despido improcedente o incluso nulo.

La clave reside en el nexo temporal y causal: si el despido se produce inmediatamente después de la reincorporación y no existen causas claras, objetivas y acreditadas, los tribunales pueden interpretar que se trata de una represalia encubierta por haber estado de baja, lo cual está prohibido.

Para evitar riesgos legales, la empresa debe justificar adecuadamente la extinción del contrato, especialmente si existen antecedentes de conflicto, ausencias médicas reiteradas o cambios organizativos. Desde el punto de vista del trabajador, es recomendable prestar atención a los siguientes aspectos:

  • Solicitar por escrito las causas del despido.
  • Revisar si existen precedentes de rendimiento o conflictos previos a la baja.
  • Valorar si la empresa ha aplicado despidos similares en la misma situación.
  • Consultar con un abogado laboralista para evaluar la viabilidad de una reclamación.

En caso de considerar que el despido está vinculado a la baja médica previa, el trabajador dispone de un plazo de 20 días hábiles para impugnarlo ante el Juzgado de lo Social. Si el juez detecta indicios de discriminación o represalia, el despido puede ser declarado nulo, obligando a la empresa a readmitir al trabajador y abonar los salarios dejados de percibir.

Por tanto, aunque legalmente posible, el despido después de una baja debe evaluarse con cautela. No todo despido es justo ni válido, y la proximidad temporal con la reincorporación puede ser determinante a la hora de valorar su legalidad. El conocimiento de los derechos y una respuesta ágil son claves para una adecuada defensa laboral.

Despido injustificado tras baja médica

El despido injustificado tras una baja médica es una de las situaciones que más controversia genera en el ámbito laboral. Aunque el empresario tiene la facultad de rescindir contratos, esta decisión debe estar siempre sustentada en causas objetivas o disciplinarias reales y demostrables. Cuando un trabajador es despedido justo después de una baja médica, sin explicación válida o con argumentos poco sólidos, nos encontramos ante un despido que puede ser declarado improcedente o incluso nulo por los tribunales.

Es importante entender que la legislación laboral protege especialmente a los trabajadores que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad, como lo es un estado de salud delicado. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea y la jurisprudencia nacional han reforzado esta protección, reconociendo que el despido motivado, directa o indirectamente, por una enfermedad puede constituir una discriminación por razón de discapacidad.

Si un juez determina que el despido ha sido una consecuencia de la baja médica —aunque no se mencione expresamente en la carta de despido— puede declarar la nulidad del mismo, obligando a la empresa a readmitir al trabajador y abonar los salarios dejados de percibir.

A la hora de valorar si un despido es injustificado tras una baja médica, los tribunales tienen en cuenta múltiples factores, como el momento temporal del despido, la existencia o no de sanciones previas, el comportamiento del trabajador, el historial médico y las comunicaciones internas de la empresa.

  • No presentar pruebas claras de bajo rendimiento o mala conducta incrementa el riesgo para la empresa.
  • El despido inmediato tras una reincorporación levanta sospechas de represalia.
  • La empresa debe demostrar que la causa del despido es ajena a la enfermedad del trabajador.

En definitiva, si el trabajador considera que el motivo del despido guarda relación con su baja médica, debe actuar rápidamente. Tiene un plazo de 20 días hábiles para presentar una demanda ante los juzgados de lo social. Contar con un abogado especializado en derecho laboral puede marcar la diferencia entre obtener una indemnización o lograr la readmisión inmediata en el puesto de trabajo.

Indemnización y reclamación

Ante un despido producido durante o tras una baja médica, es fundamental conocer los derechos económicos del trabajador y los pasos legales disponibles para reclamar. En caso de que el despido sea considerado improcedente o nulo, el trabajador tiene derecho a recibir una compensación económica o a ser readmitido, dependiendo de la sentencia del juzgado de lo social. Por ello, es clave entender cómo se calcula la indemnización y qué vías legales se deben seguir para reclamar de forma efectiva.

La indemnización varía según el tipo de despido:

  • Despido improcedente: 33 días de salario por año trabajado (con un máximo de 24 mensualidades), si el contrato es posterior a febrero de 2012. Para los anteriores, se aplica una combinación con 45 días por año hasta esa fecha.
  • Despido procedente: No hay derecho a indemnización, salvo en casos específicos por causas objetivas, que generan una indemnización de 20 días por año trabajado (máximo 12 mensualidades).
  • Despido nulo: No hay indemnización, pero se obliga a la readmisión del trabajador con abono de los salarios de tramitación.

El plazo para presentar una demanda por despido es de 20 días hábiles desde la fecha de la notificación. Este plazo es improrrogable, por lo que es imprescindible actuar con rapidez y asesorarse legalmente lo antes posible.

El proceso de reclamación comienza con la presentación de una papeleta de conciliación ante el servicio de mediación laboral de cada comunidad autónoma. Si no se alcanza un acuerdo con la empresa en este acto, se puede presentar demanda ante el juzgado de lo social. Es recomendable contar con la asistencia de un abogado o graduado social especializado en derecho laboral.

En muchos casos, las empresas optan por ofrecer una indemnización para evitar el juicio, sobre todo si saben que el despido puede ser cuestionado legalmente. Sin embargo, el trabajador no está obligado a aceptar ofertas que considere injustas o inferiores a lo que le corresponde legalmente.

Reclamar no solo puede significar una compensación económica justa, sino también sentar un precedente importante frente a prácticas empresariales abusivas. La información y el acompañamiento legal son herramientas clave para ejercer este derecho con garantías.

Derechos del trabajador

Conocer los derechos laborales es esencial para cualquier trabajador, especialmente en situaciones sensibles como una baja médica o un despido posterior a ella. La legislación laboral española establece una serie de garantías que protegen al trabajador frente a actuaciones empresariales injustas, discriminatorias o contrarias a la normativa vigente. Estas protecciones no solo se refieren al mantenimiento del puesto de trabajo, sino también al acceso a la información, a la indemnización correspondiente y al derecho a impugnar decisiones ante la justicia.

Cuando un trabajador se encuentra en situación de incapacidad temporal, sigue conservando todos sus derechos contractuales. El empresario no puede alterar unilateralmente sus condiciones laborales, ni tomar represalias o proceder a un despido motivado por la baja. En caso de hacerlo, la acción podría ser considerada nula o improcedente por vulneración de derechos fundamentales.

  • Derecho a conservar el puesto de trabajo durante la baja, salvo causas objetivas o disciplinarias justificadas.
  • Derecho a recibir el subsidio por incapacidad temporal, según lo establecido por la Seguridad Social.
  • Derecho a no ser discriminado por motivo de salud o discapacidad temporal.
  • Derecho a impugnar un despido en un plazo de 20 días hábiles desde su comunicación.
  • Derecho a asistencia jurídica, sindical o por parte de un graduado social en caso de conflicto laboral.

Uno de los principios clave en derecho laboral es el de tutela judicial efectiva. Esto significa que todo trabajador tiene acceso a mecanismos legales rápidos y eficaces para defender sus derechos, sin necesidad de demostrar su inocencia, sino obligando a la empresa a justificar sus decisiones.

Además, si el despido se considera nulo por discriminación o vulneración de derechos fundamentales, el trabajador tiene derecho a ser reincorporado en su puesto con las mismas condiciones previas y a recibir los salarios dejados de percibir desde la fecha del despido. Este derecho tiene un valor constitucional y refuerza la posición del trabajador frente a situaciones de abuso.

Estar informado es el primer paso para ejercer y defender los propios derechos. Ante cualquier situación de duda o vulneración, es recomendable contactar con profesionales del derecho laboral que puedan asesorar de forma personalizada y garantizar una defensa adecuada frente a decisiones empresariales cuestionables.

Papeles del médico y la empresa

Durante una baja médica, tanto el personal sanitario como la empresa juegan un papel fundamental en el desarrollo correcto del proceso y en la protección de los derechos del trabajador. La coordinación entre ambas partes es esencial para evitar conflictos, asegurar el cumplimiento de la normativa laboral y garantizar la salud del empleado. Comprender las responsabilidades de cada uno ayuda a clarificar situaciones que, de otro modo, pueden generar malentendidos o incluso actuaciones ilegales.

Por parte del médico, la función principal es valorar la salud del trabajador y emitir los partes correspondientes de baja, confirmación o alta médica. Este profesional actúa como figura imparcial y tiene la responsabilidad de certificar si existe una causa médica que justifique la incapacidad temporal. También es quien determina cuándo el trabajador está en condiciones de reincorporarse.

  • Emitir y renovar los partes de baja según evolución médica.
  • Informar al trabajador sobre los plazos y trámites necesarios.
  • Evaluar objetivamente la capacidad para el trabajo.
  • Proteger la confidencialidad médica del paciente.

Por otro lado, la empresa tiene la obligación de respetar la situación de baja médica, absteniéndose de ejercer presiones indebidas o tomar represalias. También debe cumplir con la obligación de comunicar los partes a la Seguridad Social, así como colaborar con los servicios de prevención y vigilancia de la salud laboral.

La empresa no puede cuestionar el diagnóstico del médico de cabecera ni imponer una reincorporación forzada. Solo una inspección médica de los servicios públicos de salud o de la mutua colaboradora puede modificar la situación de incapacidad.

Asimismo, la empresa puede solicitar revisiones por parte de la mutua o el servicio médico empresarial, pero siempre dentro de los límites legales y sin coaccionar al trabajador. En caso de discrepancia médica, será el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) quien determine la validez del alta o la continuación de la baja.

En definitiva, tanto el médico como la empresa deben actuar de manera ética, profesional y conforme a la ley. Cualquier desvío de estos principios puede perjudicar al trabajador y derivar en conflictos legales, especialmente si se produce un despido durante el proceso.

Plazos legales para reclamar

Ante un despido producido durante o tras una baja médica, es fundamental actuar con rapidez. La legislación laboral española establece plazos estrictos para que el trabajador pueda presentar una reclamación y defender sus derechos ante los tribunales. Estos plazos son de carácter perentorio, lo que significa que, si no se respetan, se pierde automáticamente el derecho a reclamar. Por ello, conocer estos tiempos es esencial para no quedar en situación de indefensión.

El plazo general para impugnar un despido es de 20 días hábiles desde la fecha de notificación del despido. No se cuentan sábados, domingos ni festivos, y no se puede suspender ni interrumpir por vacaciones u otras circunstancias personales del trabajador.

El primer paso obligatorio es presentar una papeleta de conciliación ante el servicio administrativo correspondiente de la comunidad autónoma. Solo si no se alcanza un acuerdo en este acto, podrá presentarse la demanda judicial. Este trámite suspende temporalmente el cómputo del plazo.

A continuación, se detalla el esquema básico de plazos que debe tener en cuenta cualquier trabajador despedido:

  • Desde la fecha de despido: 20 días hábiles para iniciar el proceso.
  • Presentación de papeleta de conciliación: dentro del plazo mencionado. Al presentarla, el plazo se interrumpe hasta la celebración del acto.
  • Acto de conciliación: si no hay acuerdo, se dispone del tiempo restante para presentar la demanda judicial.

Es importante conservar todos los documentos relacionados con el despido, incluyendo la carta de despido, comunicaciones con la empresa, partes médicos y cualquier prueba que respalde la posible relación entre la baja médica y la decisión empresarial. Esta documentación será clave en el procedimiento judicial.

En definitiva, respetar los plazos legales es tan importante como tener razón en el fondo del asunto. Incluso un despido claramente injusto no podrá revertirse si no se reclama a tiempo. Por ello, se recomienda acudir cuanto antes a un abogado laboralista o sindicato, que pueda guiar el proceso y garantizar que se actúe dentro del marco legal establecido.

Sentencias y jurisprudencia

Las sentencias judiciales y la jurisprudencia juegan un papel clave a la hora de interpretar y aplicar la normativa laboral en casos de despido relacionados con bajas médicas. En los últimos años, tanto los tribunales españoles como el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) han sentado precedentes relevantes que refuerzan la protección de los trabajadores en situaciones de especial vulnerabilidad.

Uno de los hitos más importantes en esta materia fue la sentencia del TJUE de 1 de diciembre de 2016 (asunto C-395/15), que reconoció que una baja médica prolongada puede ser considerada una forma de discapacidad si limita de forma duradera la capacidad del trabajador para participar en la vida profesional. En consecuencia, despedir a una persona por esa situación, sin una justificación objetiva, puede considerarse discriminatorio y, por tanto, nulo.

El Tribunal Supremo español ha ratificado este criterio en varias sentencias, estableciendo que la cercanía temporal entre la baja médica y el despido es un indicio relevante que puede hacer presumir la existencia de una vulneración de derechos fundamentales.

Entre las resoluciones más citadas en el ámbito nacional destacan:

  • STS 257/2020: declaró nulo el despido de una trabajadora tras reincorporarse de una baja, al no existir causa objetiva clara.
  • STS de 29 de enero de 2019: reconoció la improcedencia del despido por insuficiencia probatoria de la empresa.
  • Sentencias de Tribunales Superiores de Justicia (TSJ): han confirmado indemnizaciones elevadas por daños morales en despidos con connotación discriminatoria.

Estas decisiones judiciales han ido configurando una doctrina sólida que exige a las empresas justificar de forma muy clara los motivos de un despido si este ocurre cerca de una baja médica. La falta de pruebas o la existencia de indicios de represalia puede llevar a la nulidad del despido, la readmisión obligatoria del trabajador y el pago de salarios de tramitación.

En conclusión, la jurisprudencia actual favorece una interpretación garantista del derecho laboral, priorizando la protección de los trabajadores frente a situaciones de vulnerabilidad como las bajas médicas. Estar al tanto de estas sentencias permite fortalecer las reclamaciones y actuar con mayor seguridad jurídica.

Preguntas frecuentes

A continuación, resolvemos algunas de las dudas más habituales relacionadas con el despido durante o después de una baja médica. Estas preguntas frecuentes ofrecen orientación básica sobre cómo actuar, qué derechos te asisten y qué pasos seguir en caso de encontrarte en esta situación.

¿Me pueden despedir estando de baja médica?

Sí, pero solo si existen causas objetivas o disciplinarias justificadas que no tengan relación con tu situación médica. Si el despido se debe únicamente a tu baja, puede ser declarado nulo por discriminación.

¿Qué plazo tengo para reclamar un despido tras una baja?

El plazo legal es de 20 días hábiles desde la fecha de notificación del despido. Es imprescindible presentar primero una papeleta de conciliación antes de acudir a los tribunales.

¿Qué diferencia hay entre despido nulo e improcedente?

El despido improcedente da derecho a una indemnización o a la readmisión, según decida la empresa. El despido nulo implica obligatoriamente la readmisión del trabajador y el pago de los salarios no percibidos desde la fecha del despido.

¿Qué indemnización me corresponde si me despiden tras una baja?

Dependerá del tipo de despido. En caso de improcedente, se aplica la fórmula de 33 días por año trabajado (o 45 días en parte si el contrato es anterior a 2012). Si es procedente, se abonan 20 días por año con un tope de 12 mensualidades.

¿Qué hago si creo que mi despido es injusto?

Contacta de inmediato con un abogado laboralista o sindicato. Reúne toda la documentación (carta de despido, partes médicos, comunicaciones con la empresa) y presenta una papeleta de conciliación dentro del plazo legal.

Conclusión

El despido durante, después o tras una baja médica es un tema complejo que requiere un conocimiento profundo de la legislación laboral vigente. A lo largo del artículo hemos abordado los distintos escenarios posibles, desde despidos justificados hasta aquellos que pueden ser considerados nulos o improcedentes. También hemos explicado qué derechos amparan al trabajador, cómo actuar legalmente y qué dicen los tribunales al respecto.

Una de las claves fundamentales es que estar de baja médica no debe suponer una vulnerabilidad frente al despido. Aunque el ordenamiento jurídico español no impide totalmente el despido en estas circunstancias, sí lo condiciona a que existan causas claras, objetivas y legalmente válidas. Cualquier despido motivado directa o indirectamente por una baja médica puede ser recurrido y revertido mediante los canales legales adecuados.

Actuar con rapidez y conocimiento es esencial. El plazo de 20 días hábiles para reclamar deja poco margen para la indecisión, por lo que es recomendable acudir a profesionales especializados tan pronto como se reciba la carta de despido.

Además, las resoluciones judiciales recientes han reforzado los derechos de los trabajadores frente a decisiones empresariales injustificadas, especialmente cuando existe una situación médica de por medio. Esto ofrece un respaldo importante para quienes decidan impugnar su despido.

En resumen, conocer tus derechos, entender los plazos y contar con asesoramiento legal adecuado puede marcar la diferencia entre aceptar una situación injusta o defender con éxito tu estabilidad laboral. La ley está para protegerte, y cada vez son más los jueces que sancionan con firmeza los despidos que vulneran derechos fundamentales.

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