
Cómo reclamar una compensación por despido nulo
Publicado el 24 de junio de 2025
📖 Tiempo estimado de lectura: 23 min
Índice
- Introducción
- ¿Qué es un despido nulo?
- Causas del despido nulo
- Derechos del trabajador ante un despido nulo
- Pasos para reclamar una compensación
- Plazos legales para presentar la reclamación
- Documentación necesaria para reclamar
- Compensación e indemnización por despido nulo
- Ejemplos de casos reales
- Preguntas frecuentes
- Conclusión
Introducción
El despido nulo es una figura jurídica de gran relevancia en el ámbito laboral español, especialmente en casos en los que los derechos fundamentales del trabajador se ven vulnerados. A diferencia de otros tipos de despido, como el improcedente o el procedente, el despido nulo implica la declaración de invalidez del cese laboral, obligando a la empresa a readmitir al trabajador en su puesto de trabajo y abonarle los salarios dejados de percibir desde la fecha del despido. Este artículo tiene como objetivo guiar al lector a través de los aspectos clave relacionados con el despido nulo y las vías disponibles para reclamar una compensación cuando esta figura se aplica.
Comprender el concepto de despido nulo y las condiciones que lo rodean es esencial tanto para trabajadores como para empleadores. Las causas más frecuentes de nulidad suelen estar vinculadas a discriminación por razón de sexo, raza, orientación sexual, religión, embarazo o por ejercer derechos como el de huelga o maternidad. En estos casos, el ordenamiento jurídico protege al trabajador de forma especialmente intensa, considerando que se han vulnerado derechos fundamentales reconocidos en la Constitución Española y en el Estatuto de los Trabajadores.
El reconocimiento del despido como nulo no solo implica la reincorporación inmediata del trabajador, sino también el derecho a recibir una compensación económica por los daños ocasionados durante el periodo de cese ilegal.
Es importante destacar que el proceso de reclamación por despido nulo requiere una base legal sólida y el cumplimiento de plazos muy concretos. Generalmente, el trabajador dispone de un plazo de 20 días hábiles para presentar la demanda ante el Juzgado de lo Social. No obstante, antes de acudir a la vía judicial, debe interponerse una papeleta de conciliación, como paso previo y obligatorio en la mayoría de los casos.
Este artículo está diseñado para ofrecer una guía práctica y accesible que permita al lector identificar cuándo se está frente a un despido nulo, cuáles son los pasos para reclamar adecuadamente y qué documentación resulta necesaria para respaldar el proceso. Además, se abordarán aspectos clave como las posibles indemnizaciones, ejemplos de casos reales, y una sección de preguntas frecuentes que resolverá las dudas más comunes.
- ¿Cuáles son los derechos del trabajador frente a un despido nulo?
- ¿Qué diferencia existe entre un despido nulo y uno improcedente?
- ¿Cuáles son los pasos concretos para reclamar?
- ¿Qué documentación se debe presentar?
- ¿En qué casos el juez puede declarar la nulidad del despido?
A lo largo de las próximas secciones, abordaremos cada una de estas cuestiones de forma detallada para proporcionar una comprensión integral del proceso. Ya sea que estés enfrentando una situación de despido o que simplemente desees conocer tus derechos laborales, esta guía te ofrecerá una base sólida para actuar de manera informada y eficaz.
¿Qué es un despido nulo?
El despido nulo es una figura legal contemplada en el derecho laboral español que tiene lugar cuando el cese de la relación laboral por parte del empleador se considera inválido por haberse producido con vulneración de derechos fundamentales del trabajador o de libertades públicas. Esto significa que, a ojos de la ley, el despido nunca debió haberse producido y, por tanto, debe restituirse la situación anterior al despido.
Esta categoría de despido no solo protege el contrato laboral, sino también valores constitucionales fundamentales como la igualdad, la no discriminación o el derecho a la maternidad. Su principal consecuencia jurídica es que la empresa está obligada a readmitir al trabajador en las mismas condiciones que tenía antes del despido y a abonarle los salarios que habría percibido durante el tiempo en que estuvo indebidamente desvinculado.
El despido nulo implica siempre la readmisión del trabajador y el pago de los salarios de tramitación, lo que lo diferencia claramente del despido improcedente, donde la empresa puede optar entre readmitir o indemnizar.
Existen situaciones concretas en las que el despido será declarado nulo automáticamente, como por ejemplo:
- Despidos discriminatorios por razones de género, raza, orientación sexual, religión o discapacidad.
- Despidos de trabajadoras embarazadas o en situación de baja por maternidad.
- Despidos motivados por la solicitud o disfrute de permisos legales (por ejemplo, reducción de jornada por cuidado de hijos).
- Despidos tras denuncias del trabajador relacionadas con vulneraciones de derechos laborales.
- Despidos efectuados durante el ejercicio del derecho de huelga.
En todos estos casos, el juez debe evaluar las pruebas presentadas y determinar si efectivamente se ha producido una vulneración de derechos fundamentales. Si así lo considera, emitirá una sentencia declarando la nulidad del despido.
Esta figura legal no solo cumple una función reparadora, sino también preventiva, ya que disuade a las empresas de tomar decisiones arbitrarias o represivas hacia sus empleados. Por ello, es fundamental que los trabajadores conozcan esta herramienta y estén informados sobre sus derechos, para poder actuar de manera efectiva en caso de un despido que vulnere la legalidad.
Causas del despido nulo
Las causas que motivan la declaración de un despido como nulo están íntimamente relacionadas con la vulneración de derechos fundamentales y libertades públicas del trabajador. Cuando un despido se lleva a cabo por razones que atentan contra la Constitución Española o el Estatuto de los Trabajadores, el juez puede considerar que dicho despido carece de validez legal, obligando a la empresa a readmitir al empleado y a abonarle los salarios dejados de percibir.
El ordenamiento jurídico español establece de manera clara los supuestos más comunes en los que puede declararse la nulidad de un despido. A continuación, se detallan las principales causas reconocidas por la jurisprudencia y la normativa vigente:
- Despidos discriminatorios por razón de sexo, orientación sexual, identidad de género, religión, ideología, raza, edad o discapacidad.
- Despido de una trabajadora embarazada, durante la maternidad o por haber solicitado la reducción de jornada por cuidado de menores o familiares.
- Despido relacionado con la solicitud o disfrute de permisos legales, como el de lactancia o el de paternidad.
- Despido de trabajadores tras haber ejercido su derecho a la huelga, a la libertad sindical o a presentar reclamaciones judiciales o administrativas.
- Despido como represalia por denunciar acoso laboral o sexual en el lugar de trabajo.
Cualquier despido basado en motivos que vulneren los derechos fundamentales será considerado nulo, independientemente de si la empresa intenta justificarlo con otras razones formales o contractuales.
Es importante tener en cuenta que no basta con alegar una causa protegida para obtener la nulidad del despido. El trabajador deberá aportar indicios razonables de discriminación o vulneración de derechos, momento en el cual recaerá sobre la empresa la carga de probar que el despido obedecía a causas objetivas y legítimas, sin relación con los derechos invocados.
Esta protección legal busca garantizar la igualdad de trato en el ámbito laboral y evitar que los empleadores actúen de forma arbitraria o punitiva. Además, se refuerza el papel de los tribunales como garantes de los derechos laborales, ofreciendo un mecanismo efectivo para que los trabajadores puedan defenderse ante decisiones empresariales injustas.
Por tanto, conocer las causas que pueden dar lugar a un despido nulo resulta esencial para identificar cuándo se está ante una infracción de derechos y poder iniciar, de forma adecuada y dentro del plazo legal, el proceso de reclamación correspondiente.
Derechos del trabajador ante un despido nulo
Cuando un tribunal declara un despido como nulo, el trabajador adquiere una serie de derechos especialmente protegidos por la legislación laboral. Estos derechos no solo buscan restaurar la relación laboral previa al despido, sino también reparar los perjuicios sufridos durante el tiempo en el que se produjo la desvinculación injustificada. El reconocimiento de un despido nulo implica, por tanto, una restitución completa de la situación anterior y la garantía del respeto a los derechos fundamentales del empleado.
A continuación, se detallan los principales derechos que asisten al trabajador en caso de despido nulo:
- Readmisión inmediata: La empresa está obligada a reincorporar al trabajador en su mismo puesto y con las condiciones laborales previas al despido.
- Pago de salarios de tramitación: El empleador debe abonar todos los salarios dejados de percibir desde la fecha del despido hasta la fecha de la readmisión efectiva.
- Conservación de antigüedad y derechos adquiridos: El trabajador mantiene intactos todos los derechos relacionados con su antigüedad, vacaciones, cotizaciones y demás beneficios laborales.
- Protección reforzada frente a represalias: Una vez readmitido, el trabajador no puede ser objeto de nuevas sanciones o represalias por haber reclamado sus derechos.
- Posible indemnización adicional: En algunos casos, puede reclamarse una compensación por daños y perjuicios derivados de la vulneración de derechos fundamentales.
El despido nulo anula por completo los efectos del cese laboral. Por tanto, el trabajador tiene derecho a ser tratado como si nunca hubiese sido despedido, tanto a nivel contractual como económico.
Es fundamental que el trabajador actúe con rapidez y dentro de los plazos legales establecidos. La ley marca un plazo de 20 días hábiles para interponer la demanda tras el despido. Además, antes de acudir al juzgado, es obligatorio presentar una papeleta de conciliación ante el servicio de mediación correspondiente.
En muchos casos, contar con el asesoramiento de un abogado laboralista especializado puede marcar la diferencia entre una reclamación exitosa o la pérdida de derechos por falta de acción o pruebas. Además, en procedimientos donde se alegan vulneraciones de derechos fundamentales, la carga de la prueba se invierte, obligando al empleador a demostrar que el despido no tuvo relación con dichas vulneraciones.
Conocer los derechos que se derivan de un despido nulo es esencial para cualquier trabajador que se enfrente a una situación injusta en su entorno laboral. Esta figura legal está diseñada para proteger al empleado y restablecer el equilibrio cuando se han sobrepasado los límites legales por parte del empleador.
Pasos para reclamar una compensación
Reclamar una compensación por despido nulo requiere seguir un proceso legal claramente establecido en la legislación laboral española. Actuar con rapidez, recopilar la documentación adecuada y cumplir con los plazos es esencial para asegurar el éxito de la reclamación. A continuación, se detallan los pasos fundamentales que todo trabajador debe seguir para presentar una reclamación efectiva y ejercer sus derechos de manera adecuada.
Estos son los pasos más comunes para iniciar una reclamación por despido nulo:
- Recopilación de pruebas: Guarda cualquier comunicación escrita relacionada con el despido (carta de despido, correos electrónicos, mensajes, etc.) y cualquier otro documento que pueda acreditar una posible vulneración de derechos fundamentales.
- Asesoramiento legal: Contacta con un abogado laboralista para analizar tu caso. Un experto podrá determinar si existen fundamentos para reclamar la nulidad del despido.
- Presentación de la papeleta de conciliación: Antes de acudir al juzgado, es obligatorio presentar una papeleta de conciliación ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC). Este paso busca resolver el conflicto sin necesidad de juicio.
- Asistencia al acto de conciliación: Ambas partes se reúnen para intentar alcanzar un acuerdo. Si no hay acuerdo o la empresa no comparece, se emite un acta que habilita la vía judicial.
- Interposición de la demanda judicial: En un plazo máximo de 20 días hábiles desde el despido, debe presentarse una demanda ante el Juzgado de lo Social, exponiendo los hechos y fundamentos jurídicos.
- Juicio y sentencia: El juez evaluará las pruebas y determinará si el despido es nulo. En caso afirmativo, ordenará la readmisión y el pago de salarios de tramitación.
El plazo para reclamar judicialmente es de solo 20 días hábiles desde la fecha del despido. Este plazo no se interrumpe, por lo que es crucial actuar con celeridad desde el primer momento.
Aunque en algunos casos las empresas optan por readmitir voluntariamente al trabajador tras la conciliación, en la mayoría de situaciones es necesario acudir al juzgado para obtener el reconocimiento de la nulidad. Contar con pruebas sólidas y un buen asesoramiento jurídico es la clave para demostrar que el despido vulnera derechos fundamentales.
En definitiva, reclamar una compensación por despido nulo no es un trámite inmediato, pero es perfectamente alcanzable si se siguen los pasos adecuados. La normativa laboral está diseñada para proteger al trabajador frente a abusos empresariales, siempre que este ejerza sus derechos de manera informada y dentro de los cauces legales establecidos.
Plazos legales para presentar la reclamación
El cumplimiento de los plazos legales es un aspecto fundamental a la hora de reclamar una compensación por despido nulo. Estos plazos están establecidos por la legislación laboral y son de obligado cumplimiento, por lo que cualquier retraso o inacción puede suponer la pérdida del derecho a reclamar. Por ello, es esencial que el trabajador actúe con rapidez desde el momento en que se produce el despido.
La Ley Reguladora de la Jurisdicción Social establece un plazo de 20 días hábiles para presentar la demanda judicial desde la fecha en que se produce el despido. Este plazo es el mismo tanto si se trata de un despido objetivo, disciplinario, improcedente o nulo. Es importante tener en cuenta que:
- Los días hábiles no incluyen sábados, domingos ni festivos.
- El cómputo del plazo comienza al día siguiente de la fecha del despido.
- El plazo se puede suspender temporalmente al presentar la papeleta de conciliación, pero se reanuda tras el acto de conciliación o su intento.
Presentar la papeleta de conciliación dentro de los 20 días hábiles interrumpe el plazo para la demanda, pero solo por un tiempo máximo de 15 días. Si no se actúa tras el intento de conciliación, el derecho a reclamar puede extinguirse.
El primer paso, por tanto, es presentar la papeleta de conciliación ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) correspondiente. Este procedimiento es obligatorio y tiene como objetivo intentar llegar a un acuerdo extrajudicial entre el trabajador y la empresa.
Una vez celebrado el acto de conciliación —o si la empresa no comparece o no hay acuerdo— el trabajador debe presentar la demanda judicial en el Juzgado de lo Social antes de que se agote el plazo restante. Si, por ejemplo, se presentaron la papeleta de conciliación en el día 10 desde el despido y el acto se celebró el día 20, el trabajador solo tendrá 10 días hábiles más para interponer la demanda.
Es muy recomendable actuar lo antes posible tras el despido y contar con asesoramiento profesional, ya que errores en los plazos o en el cómputo pueden tener consecuencias irreversibles. En cualquier caso, el respeto a los plazos legales es una de las claves del éxito en cualquier proceso de reclamación por despido nulo.
Documentación necesaria para reclamar
Para iniciar una reclamación por despido nulo con garantías de éxito, es imprescindible contar con una base documental sólida. La documentación no solo sirve para acreditar los hechos ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) o ante el Juzgado de lo Social, sino también para facilitar al abogado la elaboración de la estrategia jurídica más adecuada.
La recopilación temprana y ordenada de documentos es clave para construir una reclamación efectiva. A continuación, se detallan los principales documentos que debe reunir cualquier trabajador que desee reclamar por un despido nulo:
- Carta de despido: Documento en el que la empresa expone los motivos del cese laboral. Es fundamental para determinar si existen indicios de nulidad.
- Contrato de trabajo y nóminas: Acreditan la relación laboral, el tipo de contrato, salario, antigüedad y condiciones pactadas.
- Comunicaciones internas: Correos electrónicos, mensajes, informes u otras pruebas que evidencien el contexto del despido, especialmente si se han ejercido derechos como la baja por maternidad o la denuncia de acoso.
- Documentos médicos: En casos de baja por embarazo, maternidad o enfermedad, estos documentos ayudan a probar que el despido se produjo en una situación protegida.
- Papeleta de conciliación: Es el primer paso del proceso y debe conservarse una copia sellada como justificante de su presentación.
- Acta del acto de conciliación: Documento que recoge si se ha alcanzado un acuerdo o si la empresa no compareció, requisito indispensable antes de acudir a juicio.
Cuanta más documentación tenga el trabajador que demuestre la existencia de una vulneración de derechos fundamentales, mayor será la probabilidad de que el juez declare el despido nulo.
También es recomendable conservar cualquier documento que acredite situaciones previas al despido, como solicitudes de reducción de jornada, permisos por cuidados familiares, afiliación sindical, o denuncias internas que hayan podido motivar el cese. Estos elementos pueden ser clave para demostrar que el despido tiene un carácter discriminatorio o retaliatorio.
Finalmente, es aconsejable contar con el apoyo de un abogado laboralista desde el inicio del proceso, para que revise la documentación y ayude a identificar cualquier indicio relevante que pueda reforzar la demanda. Una reclamación bien documentada es la base sobre la que se construye una defensa sólida de los derechos laborales vulnerados.
Compensación e indemnización por despido nulo
Cuando un despido es declarado nulo por un juez, la empresa está obligada a restituir al trabajador en su puesto de trabajo y a resarcirle económicamente por los perjuicios sufridos. La finalidad principal de esta figura jurídica es restaurar la situación laboral previa al despido, como si nunca se hubiera producido, y garantizar que el trabajador no pierda ningún derecho económico o profesional derivado del cese injustificado.
A diferencia del despido improcedente, donde la empresa puede elegir entre readmitir o indemnizar, en el despido nulo la readmisión es obligatoria. No obstante, también se contemplan compensaciones económicas que el empleador debe abonar como parte de la resolución judicial.
- Salarios de tramitación: Son los salarios que el trabajador dejó de percibir desde la fecha del despido hasta su readmisión efectiva. Se calculan en base a su salario habitual, incluyendo pagas extras y complementos.
- Restitución de condiciones laborales: El trabajador debe ser reincorporado en las mismas condiciones que tenía antes del despido, manteniendo su antigüedad, categoría profesional, turnos y beneficios.
- Indemnización adicional por daños y perjuicios: Si se acredita que el despido ha vulnerado derechos fundamentales (como discriminación, acoso o represalia), el trabajador puede reclamar una compensación adicional, cuyo importe dependerá del daño sufrido y será determinado por el juez.
En casos especialmente graves, como despidos con motivaciones discriminatorias o represalias por denuncias laborales, la indemnización adicional puede superar los límites habituales establecidos para otros tipos de despido.
Es importante subrayar que el trabajador no debe devolver ningún finiquito recibido al momento del despido, salvo que incluya cantidades pagadas por error. Además, los salarios de tramitación están sujetos a cotización a la Seguridad Social, por lo que la empresa también deberá asumir dichas obligaciones.
En caso de que la empresa no cumpla con la sentencia de readmisión, el trabajador podrá solicitar su ejecución forzosa o pedir una indemnización sustitutiva, aunque esta vía no es habitual en despidos nulos, dado que la ley protege de forma preferente la reincorporación.
Por tanto, reclamar una compensación por despido nulo no solo implica una reparación económica, sino también la restitución plena de los derechos laborales y profesionales del trabajador, siendo una de las formas más eficaces de defensa frente a decisiones empresariales injustas e ilegales.
Ejemplos de casos reales
Para comprender mejor cómo se aplica la figura del despido nulo en la práctica, resulta útil analizar algunos casos reales que han sido resueltos por los tribunales españoles. Estos ejemplos ilustran situaciones frecuentes en las que los jueces han considerado que el cese del trabajador vulneraba derechos fundamentales, y por tanto, debía anularse.
A continuación, se presentan varios casos que reflejan diferentes contextos laborales en los que se declaró la nulidad del despido:
- Despido de una trabajadora embarazada: En un caso juzgado en Madrid, una empresa despidió a una trabajadora poco después de que esta notificara por escrito que estaba embarazada. El juzgado de lo social declaró el despido nulo por violación de los derechos de protección de la maternidad y ordenó su inmediata readmisión, además del abono de salarios de tramitación.
- Despido por ejercer la libertad sindical: En Barcelona, un trabajador fue cesado tras organizar una reunión sindical en su centro de trabajo. El tribunal concluyó que el despido tenía motivaciones represivas y atentaba contra la libertad sindical, por lo que lo declaró nulo y condenó a la empresa a readmitirlo con todos los derechos.
- Despido tras una denuncia por acoso laboral: En Sevilla, una empleada presentó una denuncia interna por acoso psicológico y, días después, fue despedida. La empresa alegó bajo rendimiento, pero no aportó pruebas suficientes. El juez entendió que el despido era una represalia directa y lo anuló por vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva.
La jurisprudencia muestra que los tribunales valoran no solo los hechos, sino también el contexto, y aplican una especial protección cuando detectan indicios de discriminación, represalias o vulneración de derechos fundamentales.
También existen casos de despidos nulos por razones menos conocidas. Por ejemplo, un trabajador fue despedido tras solicitar una reducción de jornada para cuidar a un familiar dependiente. Aunque la empresa alegó motivos organizativos, el juez valoró que el despido se produjo inmediatamente después de la solicitud, por lo que lo consideró nulo.
Estos casos reales evidencian que la declaración de nulidad no es una excepción, sino una herramienta activa para garantizar la justicia en el ámbito laboral. Si un trabajador sospecha que ha sido despedido por causas discriminatorias o por ejercer un derecho protegido, debe actuar con rapidez y asesorarse legalmente para defender su posición ante los tribunales.
Preguntas frecuentes
A continuación, respondemos algunas de las preguntas más habituales que surgen en torno al despido nulo y el proceso para reclamar una compensación. Esta sección está pensada para resolver dudas rápidas y ofrecer una visión más clara de los aspectos legales y prácticos que afectan a trabajadores en esta situación.
¿Qué diferencia hay entre despido nulo y despido improcedente?
El despido nulo implica la vulneración de derechos fundamentales, y obliga a la empresa a readmitir al trabajador con el abono de los salarios de tramitación. En cambio, el despido improcedente permite a la empresa elegir entre readmitir al trabajador o pagarle una indemnización, sin salarios de tramitación salvo que haya readmisión.
¿Puedo cobrar el paro si estoy reclamando por despido nulo?
Sí. Mientras dure el proceso, puedes solicitar la prestación por desempleo. Si finalmente se declara la nulidad y eres readmitido, deberás devolver el importe percibido al SEPE y la empresa te abonará los salarios de tramitación desde el día del despido.
¿Qué ocurre si la empresa se niega a readmitirme tras la sentencia?
Puedes solicitar la ejecución forzosa de la sentencia. El juzgado obligará a la empresa a cumplir con la readmisión. En caso de que persista en su negativa, el juez puede establecer una indemnización adicional por daños y perjuicios.
¿Tengo que presentar pruebas para que se declare nulo el despido?
No necesitas pruebas concluyentes, pero sí indicios suficientes de que el despido se debe a causas discriminatorias o ilegales. Una vez aportados, la empresa deberá demostrar que el despido fue legítimo.
¿Qué plazo tengo para presentar la reclamación por despido nulo?
Dispones de 20 días hábiles desde la fecha del despido. Es obligatorio presentar primero una papeleta de conciliación y, si no hay acuerdo, la demanda ante el Juzgado de lo Social.
Conclusión
El despido nulo representa una de las protecciones más potentes del ordenamiento jurídico laboral frente a actuaciones empresariales que vulneran derechos fundamentales. Esta figura no solo permite revertir un despido injusto, sino que restituye al trabajador en su puesto, garantiza la recuperación de los salarios perdidos y, en ocasiones, habilita indemnizaciones adicionales por los perjuicios sufridos. Su existencia refuerza la idea de que el trabajo debe ejercerse en condiciones de respeto, equidad y sin represalias.
Para que una reclamación por despido nulo prospere, es fundamental conocer los pasos a seguir, reunir la documentación necesaria, respetar los plazos procesales y contar con asesoramiento especializado. La actuación rápida y estratégica del trabajador es clave para evitar la caducidad del procedimiento y maximizar las posibilidades de éxito. Cada caso tiene sus particularidades, y no todas las situaciones de despido son iguales, por lo que la evaluación profesional del contexto resulta determinante.
Reclamar ante un despido nulo no solo protege los derechos individuales, sino que contribuye a reforzar un entorno laboral justo para el conjunto de los trabajadores.
En definitiva, si un trabajador considera que su despido está relacionado con discriminación, represalias por haber ejercido derechos legales o cualquier otra causa que atente contra su dignidad, debe actuar sin demora. La ley está de su parte, y existen mecanismos legales sólidos para revertir esa situación y obtener justicia. El despido nulo no es solo una figura jurídica: es una herramienta de protección y reparación frente a decisiones empresariales arbitrarias o abusivas.
Ante cualquier duda o sospecha de irregularidad en el despido, el primer paso debe ser informarse, recopilar pruebas y contactar con un abogado laboralista. Un buen asesoramiento puede marcar la diferencia entre resignarse a una injusticia o lograr una resolución favorable que respete la legalidad y restituya plenamente los derechos vulnerados.