Despido objetivo: Causas legales y cómo impugnarlo

Despido objetivo: Causas legales y cómo impugnarlo

Publicado el 24 de marzo de 2025


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Introducción al despido objetivo

El despido objetivo es una modalidad de despido en la que el empleador justifica su decisión de rescindir el contrato de trabajo con causas objetivas que están claramente establecidas por la ley. Este tipo de despido se diferencia del despido disciplinario, ya que no se basa en una conducta inapropiada por parte del trabajador, sino en situaciones económicas, organizativas o de funcionamiento de la empresa que hacen insostenible la relación laboral.

A diferencia de otros tipos de despido, el despido objetivo permite una indemnización fija para el trabajador y no requiere de un expediente disciplinario. Es fundamental que el empleador cumpla con una serie de requisitos legales para que este despido sea considerado válido. Si no se cumplen estos requisitos, el despido podría ser considerado improcedente, lo que da lugar a consecuencias económicas y legales para la empresa.

Para que un despido sea considerado objetivo, las razones alegadas deben estar vinculadas a causas económicas, técnicas, organizativas o de producción que hagan necesario la extinción del contrato de trabajo. Algunas de estas razones incluyen la falta de viabilidad económica de la empresa o la reestructuración de la misma.

En este artículo, analizaremos en detalle las causas legales que permiten el despido objetivo, el procedimiento que debe seguirse para llevarlo a cabo correctamente y los derechos del trabajador en este tipo de despido. Además, abordaremos cómo impugnarlo en caso de que el trabajador considere que no se han cumplido los requisitos legales o que la causa alegada no sea válida.

Es importante que tanto empleadores como trabajadores comprendan las implicaciones de un despido objetivo, ya que no solo se trata de una medida que afecta la estabilidad laboral, sino que también puede tener consecuencias económicas y legales. A lo largo de este artículo, explicaremos las situaciones más comunes en las que se produce el despido objetivo y cómo los trabajadores pueden defender sus derechos en caso de que se considere injustificado.

Causas legales del despido objetivo

El despido objetivo se fundamenta en causas objetivas que están reguladas por la ley y que justifican la extinción del contrato de trabajo. Estas causas deben ser reales y probadas por el empleador para que el despido sea considerado válido. Las causas legales más comunes para un despido objetivo se agrupan principalmente en razones económicas, técnicas, organizativas y de producción.

Las causas económicas se dan cuando la empresa atraviesa una situación financiera complicada, lo que podría suponer la necesidad de reducir su plantilla. Por ejemplo, si la empresa sufre pérdidas económicas durante varios trimestres consecutivos, se puede considerar un despido objetivo.

Las causas técnicas, por su parte, se refieren a cambios en los procesos de producción o en las herramientas tecnológicas que hacen que ciertos puestos de trabajo sean innecesarios o no rentables. Esto puede ocurrir en sectores donde la automatización o la implementación de nuevas tecnologías reducen la demanda de mano de obra en ciertos puestos.

Las causas organizativas tienen que ver con modificaciones en la estructura de la empresa, como fusiones, adquisiciones o cambios en la forma de organización del trabajo que pueden hacer que ciertos puestos de trabajo queden obsoletos. Este tipo de despido es más común en empresas que están llevando a cabo una reestructuración interna.

Las causas de producción son aquellas en las que la empresa enfrenta una reducción en su volumen de producción, ya sea por una disminución de la demanda de productos o servicios, lo que obliga a la empresa a reducir personal para adaptarse a la nueva situación.

Es importante destacar que, en todos estos casos, el empleador debe cumplir con un procedimiento legal estricto. Esto incluye la obligación de comunicar al trabajador las razones del despido y, en algunos casos, la compensación económica correspondiente. Si el empleador no justifica adecuadamente el despido o no sigue el procedimiento legalmente establecido, el despido podría considerarse improcedente y el trabajador tendría derecho a recibir indemnización o a ser reincorporado a su puesto de trabajo.

Requisitos legales para el despido objetivo

El despido objetivo no es una decisión arbitraria por parte del empleador; está regulado por la ley y debe cumplir con ciertos requisitos legales para ser considerado válido. El incumplimiento de estos requisitos puede convertir el despido en improcedente, lo que traería consigo indemnizaciones y posibles reingresos del trabajador al puesto. A continuación, se detallan los principales requisitos legales que deben cumplirse.

En primer lugar, la causa del despido debe estar debidamente justificada. Como mencionamos anteriormente, las causas objetivas para el despido son económicas, técnicas, organizativas o de producción. El empleador debe aportar pruebas claras y documentadas que respalden estas razones. Las justificaciones deben estar directamente relacionadas con la necesidad de la empresa de prescindir de ciertos trabajadores debido a una situación que impida el mantenimiento del puesto.

Además, el despido debe ser comunicado al trabajador de forma clara y con un preaviso adecuado. Según la legislación vigente, el empleador está obligado a informar por escrito al trabajador sobre las razones del despido, detallando las causas objetivas que lo motivan. Este escrito debe ser entregado con una antelación mínima de 15 días antes de la extinción del contrato.

Otro requisito fundamental es la indemnización. El trabajador tiene derecho a recibir una indemnización por despido objetivo, que está establecida por la ley en 20 días por cada año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades. Esta indemnización debe pagarse de forma puntual y clara al momento del despido, junto con los salarios devengados hasta la fecha.

Si el trabajador cuenta con una antigüedad superior a un año, además de la indemnización mencionada, también tendrá derecho a recibir los finiquitos correspondientes, como el pago de vacaciones no disfrutadas y las pagas extraordinarias no percibidas. Es importante que el empleador entregue todos los documentos necesarios para certificar estos pagos.

En cuanto al procedimiento, el despido objetivo debe seguir un protocolo legal que implica que el empleador realice una consulta previa con los representantes de los trabajadores si la empresa cuenta con más de 50 empleados. Este procedimiento tiene como fin garantizar que las medidas adoptadas sean las más adecuadas y que el despido no se base en causas discriminatorias o ilegales.

En resumen, para que un despido objetivo sea considerado legal, el empleador debe cumplir con las siguientes condiciones: justificar adecuadamente la causa del despido, notificar al trabajador por escrito con el preaviso adecuado, y abonar la indemnización correspondiente. Si no se cumple alguno de estos requisitos, el despido podría considerarse improcedente, lo que podría generar consecuencias económicas para la empresa.

Procedimiento del despido objetivo

El procedimiento para llevar a cabo un despido objetivo debe seguir una serie de pasos establecidos por la ley para garantizar que el despido sea considerado válido. Es esencial que el empleador cumpla con todos los requisitos formales y sustantivos establecidos para evitar que el despido sea considerado improcedente y conlleve consecuencias legales y económicas.

El primer paso del procedimiento es la notificación del despido. El empleador debe informar por escrito al trabajador sobre las causas objetivas que justifican su despido. Esta notificación debe realizarse con una antelación mínima de 15 días, durante los cuales el trabajador podrá organizar su salida y, si lo desea, impugnar el despido en caso de no estar de acuerdo con las razones expuestas.

Durante este período de preaviso, el trabajador tiene derecho a recibir el pago de sus salarios y beneficios, y la empresa debe proporcionar una explicación detallada de las razones que han motivado el despido objetivo. Es importante que el empleador sea transparente y entregue pruebas documentales que respalden las razones del despido.

Una vez que el empleador ha notificado al trabajador el despido, debe ofrecerle una indemnización. La indemnización por despido objetivo está fijada por ley y corresponde a 20 días de salario por cada año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades. El empleador debe pagar esta indemnización en el momento de la notificación del despido o, al menos, en el momento de la extinción del contrato.

Si el despido está relacionado con causas económicas, el empleador puede demostrar la viabilidad de la empresa y justificar que el despido es necesario para su supervivencia. En caso de que el trabajador impugne el despido, el empleador deberá presentar pruebas contundentes que respalden sus afirmaciones y demostrar que el despido se realizó conforme a la legislación vigente.

En caso de que se trate de un despido colectivo, el procedimiento es algo diferente. En este caso, el empleador debe consultar con los representantes de los trabajadores o con los sindicatos, y comunicarles la decisión de proceder al despido. Además, la empresa debe cumplir con ciertas obligaciones de información y negociación para llegar a un acuerdo. Si el despido afecta a un número elevado de trabajadores, el proceso puede implicar la intervención de autoridades laborales.

Finalmente, si el trabajador considera que el despido es improcedente, tiene derecho a presentar una demanda ante el tribunal laboral. En este caso, el tribunal evaluará si las causas alegadas por el empleador son suficientes y si el procedimiento ha sido seguido adecuadamente. Si el tribunal determina que el despido no ha cumplido con los requisitos legales, puede ordenar la reincorporación del trabajador o el pago de una indemnización adicional.

Derechos del trabajador en caso de despido objetivo

Cuando un trabajador es despedido de manera objetiva, es importante que esté al tanto de sus derechos para asegurarse de que se respeten todas las condiciones legales. A pesar de que el despido objetivo está permitido por la ley, los trabajadores cuentan con una serie de derechos que protegen su situación en este tipo de despido.

En primer lugar, el trabajador tiene derecho a una indemnización. La ley establece que la indemnización por despido objetivo será de 20 días de salario por cada año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades. Este pago debe realizarse al momento de la notificación del despido o, como máximo, en el momento de la extinción del contrato. Es importante que el empleador cumpla con este derecho y no retenga este pago.

Además de la indemnización, el trabajador tiene derecho a recibir el finiquito correspondiente. Esto incluye los pagos pendientes por vacaciones no disfrutadas, pagas extraordinarias no percibidas y otros conceptos relacionados con el salario que no hayan sido abonados.

En cuanto al preaviso, el trabajador también tiene derecho a un período de preaviso. Este período es de 15 días antes de que el despido sea efectivo. Durante este tiempo, el trabajador tiene derecho a seguir trabajando y a recibir su salario completo hasta el último día. Si el empleador decide prescindir del preaviso, debe pagar al trabajador una cantidad equivalente a los salarios correspondientes a esos 15 días.

En caso de que el trabajador no esté de acuerdo con el despido, tiene derecho a impugnarlo. El trabajador puede presentar una demanda ante los tribunales laborales si considera que el despido no cumple con los requisitos legales o que las causas alegadas no son suficientes. El trabajador tiene un plazo de 20 días hábiles para impugnar el despido desde que se le notificó.

Es relevante destacar que, si el despido es declarado improcedente por el tribunal, el empleador tendrá la opción de reincorporar al trabajador a su puesto de trabajo o de abonar una indemnización adicional. En cualquier caso, el trabajador tiene derecho a recibir un trato justo y una compensación adecuada por la extinción de su contrato laboral.

En resumen, los derechos del trabajador en un despido objetivo incluyen la indemnización, el finiquito, el preaviso y la posibilidad de impugnar el despido. Es crucial que los trabajadores conozcan estos derechos para poder hacer valer sus intereses y recibir lo que les corresponde según la ley.

Cómo impugnar un despido objetivo

Impugnar un despido objetivo es un derecho fundamental del trabajador si considera que las razones alegadas por el empleador no son válidas o que el procedimiento no se ha seguido correctamente. El despido objetivo, aunque legal bajo ciertas condiciones, puede ser impugnado si se demuestra que las causas no son verídicas o que no se ha cumplido con los requisitos legales.

Para impugnar un despido objetivo, el trabajador debe presentar una demanda ante el juzgado de lo social en un plazo de 20 días hábiles desde que se le notifique el despido. Este plazo es muy importante, ya que una vez transcurrido, el derecho a impugnar el despido caduca. Por lo tanto, es crucial actuar rápidamente y consultar con un abogado especializado en derecho laboral.

En la demanda, el trabajador debe argumentar por qué considera que el despido no es procedente. Para ello, puede presentar pruebas que demuestren que las causas alegadas no existen o que no son suficientes para justificar el despido. Estas pruebas pueden incluir documentos, testigos, informes o cualquier otro material relevante que contrarreste las razones del empleador.

El tribunal laboral será el encargado de evaluar si las razones del despido son válidas y si el procedimiento ha sido llevado a cabo de acuerdo con la normativa vigente. Si el tribunal considera que el despido no cumple con los requisitos legales, puede declararlo improcedente. En este caso, el empleador tendrá dos opciones: readmitir al trabajador en su puesto de trabajo o pagarle una indemnización equivalente a la que correspondería en un despido improcedente.

Es importante tener en cuenta que, si el trabajador no impugna el despido en el plazo establecido o si el tribunal considera que el despido es procedente, el trabajador no tendrá derecho a reincorporarse al puesto ni a recibir indemnización adicional. Por ello, es fundamental que el trabajador se asesore bien y actúe dentro de los plazos legales para garantizar que sus derechos sean protegidos.

En algunos casos, si el trabajador considera que el despido tiene un trasfondo discriminatorio o que viola otros derechos fundamentales, puede presentar una demanda adicional alegando esos hechos. Esto podría llevar a una revisión más exhaustiva del caso y, en última instancia, a una posible resolución favorable para el trabajador.

Plazos para impugnar el despido objetivo

En un despido objetivo, el trabajador tiene derecho a impugnar la decisión del empleador si considera que las razones del despido no son válidas o que no se ha seguido el procedimiento legal adecuado. Es crucial conocer los plazos establecidos para la impugnación, ya que si no se actúa dentro del tiempo estipulado, el derecho a presentar la demanda puede caducar.

El plazo para impugnar un despido objetivo es de **20 días hábiles** contados desde la notificación del despido. Es importante tener en cuenta que este plazo se cuenta en días hábiles, lo que significa que no se incluyen los fines de semana ni los días festivos. Además, este plazo es muy estricto, por lo que el trabajador debe actuar rápidamente para no perder su derecho a impugnar.

Si el trabajador no impugna el despido en este plazo de 20 días hábiles, pierde la posibilidad de presentar una demanda en los tribunales laborales. Es fundamental, por tanto, que el trabajador esté al tanto de este plazo y se asesore lo antes posible si considera que su despido no está justificado.

La demanda debe presentarse ante el Juzgado de lo Social correspondiente. En este escrito, el trabajador debe detallar los motivos por los cuales considera que el despido es improcedente y aportar las pruebas que respalden su reclamación. Si el trabajador tiene dudas sobre cómo redactar la demanda o qué pruebas presentar, es recomendable que se ponga en contacto con un abogado especializado en derecho laboral.

Además, si el trabajador impugna el despido y el tribunal declara que el despido es improcedente, el empleador tiene la opción de readmitir al trabajador o de indemnizarlo con una cantidad correspondiente a la indemnización por despido improcedente, que generalmente es de 33 días de salario por cada año trabajado. Es importante que el trabajador esté informado sobre sus derechos y las posibles consecuencias de la impugnación.

En resumen, el plazo para impugnar un despido objetivo es de **20 días hábiles** desde la notificación del despido. Durante este tiempo, el trabajador puede presentar una demanda ante el tribunal laboral. Actuar dentro de este plazo es esencial para asegurar que se respeten los derechos del trabajador y evitar la pérdida de la posibilidad de impugnar el despido.

Consecuencias de impugnar el despido objetivo

Impugnar un despido objetivo puede tener una serie de consecuencias tanto para el trabajador como para el empleador. Este proceso legal tiene implicaciones significativas, ya que el resultado puede afectar la relación laboral, la indemnización y otros aspectos financieros. A continuación, analizamos las principales consecuencias de impugnar un despido objetivo.

En primer lugar, si el tribunal considera que el despido es **improcedente**, el empleador tendrá que decidir entre readmitir al trabajador o pagar una indemnización adicional. En caso de que el empleador opte por la indemnización, esta suele ser mayor que la que se habría recibido en un despido objetivo, ya que está sujeta a las indemnizaciones correspondientes a un despido improcedente.

Si el tribunal determina que el despido es procedente y que las razones alegadas por el empleador son válidas, el trabajador no tendrá derecho a la reincorporación ni a una indemnización adicional. Esto significa que el trabajador no podrá exigir más compensaciones y el despido será efectivo tal como fue notificado.

Además de las consecuencias económicas, impugnar un despido objetivo también puede afectar la relación laboral futura. Si el trabajador es readmitido, esto puede implicar un retorno a su puesto de trabajo bajo condiciones tensas, lo que puede generar conflictos adicionales entre el trabajador y el empleador. Sin embargo, la readmisión garantiza que el trabajador conserve su puesto y continúe con su antigüedad y beneficios.

Si el despido es impugnado y el tribunal concluye que se ha actuado de mala fe o que el despido tiene elementos discriminatorios, puede haber consecuencias legales adicionales para el empleador. En estos casos, además de la indemnización correspondiente, el empleador podría enfrentarse a sanciones adicionales o a la obligación de pagar indemnizaciones más altas si se determina que el despido se produjo en condiciones abusivas o ilegales.

Otra consecuencia importante de impugnar el despido objetivo es la posibilidad de que el trabajador consiga una compensación por los salarios no percibidos desde la fecha del despido hasta la resolución del caso. Si el tribunal declara que el despido fue improcedente y el empleador opta por no readmitir al trabajador, este tendrá derecho a recibir los salarios correspondientes durante el tiempo que haya pasado desde el despido hasta la resolución judicial.

En resumen, las consecuencias de impugnar un despido objetivo pueden variar dependiendo del resultado del juicio. Si el despido es declarado improcedente, el trabajador puede obtener una compensación económica adicional, readmisión en su puesto o una indemnización mayor. Si el despido es declarado procedente, el trabajador no tendrá derecho a ninguna compensación adicional. En cualquier caso, es crucial que los trabajadores estén bien informados y asesorados antes de tomar decisiones sobre impugnar un despido objetivo.

Jurisprudencia relevante sobre despido objetivo

La jurisprudencia es un factor clave para entender la aplicación práctica del despido objetivo en el ámbito laboral. Las decisiones de los tribunales permiten interpretar y esclarecer los límites y condiciones bajo las cuales se puede llevar a cabo este tipo de despido. A lo largo de los años, diversas sentencias han establecido precedentes que son fundamentales para los empleadores y trabajadores al abordar cuestiones relacionadas con el despido objetivo.

Un ejemplo relevante de jurisprudencia en este ámbito es la sentencia del Tribunal Supremo que establece que el despido basado en causas económicas, organizativas o de producción debe ser debidamente justificado con pruebas objetivas. La empresa debe demostrar que no existen otras medidas menos drásticas disponibles, como la reubicación del trabajador en otro puesto dentro de la misma organización. En esta sentencia, el Tribunal subraya que la justificación del despido debe ser clara y suficiente para evitar que el trabajador sea despedido sin una base sólida.

Además, la jurisprudencia ha establecido que el empleador tiene la obligación de seguir un procedimiento específico en el despido objetivo, que incluye notificar al trabajador por escrito las razones del despido y ofrecerle una indemnización adecuada. La falta de cumplimiento de estos procedimientos puede llevar a que el despido sea considerado improcedente, con las consecuencias legales que ello conlleva.

Otra sentencia clave es la relacionada con los despidos colectivos. El Tribunal Supremo ha señalado que en situaciones de despidos colectivos, las causas que justifican la medida deben ser suficientemente demostradas, y la empresa debe consultar con los representantes de los trabajadores o sindicatos antes de proceder con el despido. De no cumplirse este requisito, los despidos pueden ser declarados nulos o improcedentes, lo que obliga a la empresa a indemnizar o readmitir a los trabajadores afectados.

En cuanto a la indemnización, la jurisprudencia ha aclarado que, si el despido objetivo es declarado improcedente, la indemnización a la que tiene derecho el trabajador es la establecida para los despidos improcedentes, lo que puede ser más beneficioso que la indemnización estándar por despido objetivo. Sin embargo, el Tribunal ha matizado que el trabajador no tiene derecho a exigir una indemnización adicional si el despido se ajustó a los requisitos legales.

En resumen, la jurisprudencia relacionada con el despido objetivo proporciona un marco legal que asegura tanto los derechos de los trabajadores como las condiciones en las que las empresas pueden recurrir a este tipo de despido. Los precedentes establecidos por los tribunales sirven de guía para evitar abusos y proteger a los empleados en situaciones donde el despido objetivo es necesario.

Casos prácticos de despido objetivo

Para entender mejor el despido objetivo y su aplicación en la práctica, es útil analizar algunos casos prácticos que ilustran cómo se aplica este tipo de despido en diversas situaciones laborales. A continuación, se presentan ejemplos que muestran los diferentes escenarios en los que un empleador podría recurrir al despido objetivo y cómo se resuelven estos casos en los tribunales.

**Caso 1: Despido por causas económicas** Una empresa dedicada a la fabricación de productos electrónicos atraviesa una grave crisis financiera debido a la disminución de la demanda de sus productos. Tras varios intentos de reestructuración interna y reducción de costes, la empresa decide despedir a varios trabajadores de su departamento de producción por causas económicas. La empresa presenta documentación que demuestra su falta de viabilidad económica, incluyendo balances financieros y previsiones de ventas.

En este caso, el tribunal considera que el despido es procedente ya que la empresa ha demostrado de manera objetiva las causas económicas que justifican la medida. Además, se ha cumplido con el procedimiento legal y se ha ofrecido la indemnización correspondiente a los trabajadores afectados. El tribunal rechaza la impugnación de los trabajadores, ya que no hay pruebas suficientes que indiquen que el despido fue injustificado.

**Caso 2: Despido por causas organizativas** Una empresa de marketing decide reorganizar su estructura interna para mejorar la eficiencia y reducir costes. La reestructuración implica la eliminación de varios puestos de trabajo en el área de atención al cliente. La empresa justifica esta decisión alegando que los nuevos procesos automatizados han reducido la necesidad de personal en esa área. Los empleados despedidos impugnan la decisión, argumentando que la reorganización no está suficientemente justificada.

En este caso, el tribunal considera que el despido no es procedente, ya que la empresa no ha proporcionado pruebas suficientes para demostrar que la reorganización sea una causa objetiva que justifique la eliminación de los puestos de trabajo. Además, se observa que la empresa no ha evaluado otras opciones, como la reubicación de los empleados en otros departamentos. Como resultado, el tribunal ordena la reincorporación de los trabajadores o, en su defecto, una indemnización mayor.

**Caso 3: Despido por causas productivas** Un restaurante en una zona turística experimenta una caída significativa en la afluencia de clientes durante la temporada baja. La dirección decide despedir a varios empleados del personal de cocina debido a la reducción en la demanda de sus servicios. La empresa presenta registros de ventas y previsiones de ingresos que evidencian la reducción de su actividad productiva.

En este caso, el tribunal considera que el despido es procedente, ya que la empresa ha demostrado de manera objetiva que la caída de la demanda de sus servicios es una causa legítima para la reducción de personal. Además, se han cumplido con todos los requisitos legales y se ha abonado la indemnización correspondiente. El tribunal desestima la impugnación de los trabajadores, ya que la empresa ha justificado adecuadamente la necesidad de reducir su plantilla.

Estos casos prácticos ilustran cómo el despido objetivo se aplica en diferentes situaciones. En cada caso, es fundamental que la empresa proporcione pruebas sólidas que respalden las razones del despido y que siga el procedimiento legal adecuado. Si la empresa no cumple con estos requisitos, el despido puede ser declarado improcedente, lo que conlleva consecuencias legales y económicas para la misma.

Preguntas frecuentes

En esta sección, hemos recopilado las preguntas más comunes sobre el despido objetivo y su impugnación. A continuación, respondemos a las inquietudes más frecuentes para ayudar a los trabajadores a entender mejor sus derechos y cómo actuar en caso de ser despedidos bajo este régimen.

1. ¿Qué es el despido objetivo?
El despido objetivo es aquel en el que el empleador justifica la extinción del contrato de trabajo por razones económicas, técnicas, organizativas o de producción. A diferencia del despido disciplinario, que está relacionado con la conducta del trabajador, el despido objetivo se basa en situaciones ajenas al comportamiento del empleado.

2. ¿Cuáles son las causas válidas para un despido objetivo?
Las causas válidas para un despido objetivo incluyen razones económicas, como pérdidas continuadas en la empresa; razones técnicas, como la incorporación de nueva tecnología; razones organizativas, como la reestructuración interna; y razones de producción, cuando hay una disminución en la demanda de productos o servicios.

3. ¿Cuánto tiempo tengo para impugnar un despido objetivo?
El trabajador tiene un plazo de 20 días hábiles para impugnar el despido objetivo desde la notificación del mismo. Es crucial actuar dentro de este plazo para preservar el derecho a recurrir la decisión ante los tribunales laborales.

4. ¿Qué sucede si impugno el despido y el tribunal lo declara improcedente?
Si el tribunal considera que el despido es improcedente, el empleador debe optar entre readmitir al trabajador en su puesto de trabajo o indemnizarlo con una cantidad correspondiente al despido improcedente. En general, el trabajador tiene derecho a recibir una indemnización mayor en caso de que el despido sea declarado improcedente.

5. ¿Qué sucede si el empleador no paga la indemnización o no me readmite?
Si el empleador no cumple con la sentencia del tribunal, el trabajador puede solicitar la ejecución de la sentencia, lo que puede llevar a que el empleador sea obligado a pagar la indemnización o a readmitir al trabajador. En algunos casos, también pueden imponerse sanciones adicionales a la empresa por incumplir la resolución judicial.

6. ¿Puedo reclamar si mi despido se basa en causas no objetivas?
Sí, si el despido no cumple con los requisitos legales para ser considerado objetivo, puedes reclamarlo como despido improcedente. Es importante que el trabajador reciba asesoramiento legal para analizar si el despido se ajusta a las causas objetivas o si es susceptible de impugnación por otras razones.

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